Rosados, tres ideas para tres escenarios

//Rosados, tres ideas para tres escenarios

Rosados, tres ideas para tres escenarios

El rosa está de moda. Las copas de las mejores mesas veraniegas se tiñen con un leve toque rosado, elegante y fresco que da un plus de glamour a las jornadas estivales. El vino rosado se lleva, se regala y se bebe. Su versatilidad a la hora de maridar y la nueva gama de rosados que ofrecen los grandes bodegueros hacen de él un “must” para esta temporada. Ahora no es cursi, es elegante. Ahora no es femenino, es heterovaliente… En definitiva que gusta, se agradece e invita a disfrutar

El rosado o rosé combina bien con casi todo, su suavidad lo hace ideal para acompañar un aperitivo, una comida o una cena. Aquí tenéis cuatro propuestas para llevar un buen rosado a la mesa y dejar con la boca abierta a vuestros invitados.


Un Campillo Rosé y una tarde en el Ampurdán

Así a primera vista parece que no va a tener mucho que ver, pero imaginad, una tarde en el Ampurdán, una puesta de sol, una masía perfecta y un buen plato de butifarras doradas por una suave brasa… Da igual que sean blancas, negras, de huevo o dulces… y si tenemos de todas, mejor.

La butifarra es un embutido que siempre queda bien en una mesa, y si va acompañada de un buen pan y buen vino, el acierto está asegurado.

Una butifarra dulce, con su toque de miel y un trago de rosado con un toque de frambuesa es una combinación que nunca deja de sorprender. Ese color que tiene el Campillo Rosé, lo hace diferente. Tan intenso como brillante.

Si preferís algo más elaborado, os propongo un guiso de butifarra, setas, pasas y almendras. Todo cocinado a fuego lento, con buenos amigos alrededor y mientras abrimos otra botella de rosado para ir haciendo boca, la noche va cayendo en el Ampurdán. Un plan perfecto.

 


Rosados, maridaje, Spaguetti VongoleSpaguetti con almejas alle vongole y una cena en el Cabo de Gata.

La pasta y el vino son antiguos compañeros. Bien es sabido que el tipo de vino que se tome con ella siempre dependerá de la salsa que la acompañe. De ahí la gran versatilidad que puede ofrecer un rosado a la hora de combinar con un magnífico plato de pasta.

Unos spaguetti alle vongole, plato napolitano por excelencia, siempre irá bien con un rosado de Marqués de Vitoria. Un fondo seco y ligero, y que lo acompaña en su deliciosa sencillez como las noches frente al mar. El tiempo en verano tiene otras unidades de medida.

 


La barbacoa de mi amigo Faustino en la Costa de Lugo

Seguro que sorprendéis si os invitan a una barbacoa y aparecéis con un rosado. Las barbacoas eran normalmente sinónimo de cervezas fresquitas o en su defecto, una sangría para dejar contenta a la afición. Llegar con un rosado bien frío de uva tempranillo o garnacha negra será sin duda un golpe de efecto.

Puede fallar el “aprendiz” de parrillero a la hora de combinar unas costillas asadas o la ínclita panceta de rigor, con unos choricillos criollos…. Pero todo se perdona con una copa de Faustino V o Faustino VII Rosado, que son uno de los placeres a los que os podéis abandonar sin ningún problema este verano. Si la barbacoa lleva además algún toque de dulzor como una salsa de miel o salsa barbacoa, la combinación con los rosados más afrutados es sorprendente.