Los blancos y rosados también son para el invierno

//Los blancos y rosados también son para el invierno

Los blancos y rosados también son para el invierno

No hay reglas para disfrutar.

Solemos asociar los vinos blancos y los rosados con el buen tiempo. Un blanco o un rosado se sirve a unos 8-10 grados, frente a los 15-18 en los que se sirve un tinto, pero, aunque la frescura de los blancos y de los rosados nos invite a refrescar las altas temperaturas, hay un hueco para ellos en el invierno.

Los vinos blancos tienen un rango de frescura que nos permite contrarrestar las altas temperaturas del verano, sin embargo, no todos los blancos son iguales. Dependiendo de la variedad o del método de elaboración, podemos encontrar blancos con más cuerpo, estos son los blancos de invierno.

Un blanco de invierno no se bebe tan frío como se consumen los blancos jóvenes o los espumosos. Un blanco de invierno es un vino que lleva más crianza en barrica y que tiene un gusto mucho más carnoso y complejo.

Los blancos y rosados también son para el invierno

La uva también puede marcar a un vino de invierno. La Chardonnay, la Viura y la Garnacha blanca son uvas con más cuerpo y que ofrecen otra gama de matices que los propiamente usuales en los vinos frescos y afrutados. Y por último, los vinos tardíos, secos, también son una buena opción para estos meses invernales.

Los blancos y rosados también son para el invierno

En el Grupo Faustino tenemos buenos ejemplos. Fortius Blanco Chardonnay, Campillo Blanco Fermentado en Barrica o Faustino Art Collection Viura Chardonnay son buenas etiquetas de vinos que no tienen estación. Siempre hay un buen momento para disfrutar de ellos.

Este tipo de blancos no le tienen ningún miedo a los platos de cuchara que tantas alegrías nos dan en los días de invierno. Las notas de vainilla, miel y tostados que les puede dar la crianza en barrica acompañan a las mil maravillas a las legumbres y guisos.

Los blancos y rosados también son para el invierno

Los arroces, risottos y asados de carne también son compatibles para tomar con este tipo de vinos, pero si hay unos platos para los que son los mejores compañeros, esos son los platos de toque asiático y picante. Le dan un contrapunto perfecto en el paladar.

Y hora vamos con los rosados y su mito de solo acompañar a los platos veraniegos.

Por un lado, estos vinos, junto con algunos blancos, son los primeros que empiezan a salir después de la vendimia, de hecho, algunos ya los podemos empezar a disfrutar en diciembre… al fin y al cabo un rosado es un tinto con poca maceración.

Los blancos y rosados también son para el invierno

Si tenemos que elegir entre rosados de verano o rosados de invierno, los que tengan un color más intenso siempre acompañarán mejor a los sabores intensos y las comidas contundentes. Fortius Rosado es un vino polivalente, que integra la Tempranillo y la Garnacha para disfrutar con muchas cosas.

Las aves asadas, las pastas y los pescados tendrán un contrapunto un tanto más intenso si elegimos este tipo de rosados y los tomamos un pelín menos fríos.

En general, los rosados de cuerpo medio, aquellos que se hacen a base de tempranillo o garnacha, son perfectos para tomar por ejemplo con unas anchoas del Cantábrico, platos a base de cerdo, y los guisos que lleven azafrán o pimentón, porque estos potenciarán el aroma de los rosados.

Y los más corpulentos, con uvas como la Syrah o Cabernet Sauvignon, se pueden atrever sin miedo a las carnes a la brasa. Ya veis, no hay estación que se resista al vino, solo hay que darle rienda suelta a la imaginación y dejarse de referencias clásicas que nos encorsetan. Viva el vino libre.

Por | 2022-02-26T18:24:28+00:00 marzo 2nd, 2022|Categorías: Mundo Vino|Etiquetas: , , , |Sin comentarios