La verdadera bandera gourmet.
Atención! No estamos para bromas porque la Tortilla de Patatas es un tema de Estado. Se acerca el día de homenajear a esta joya de la gastronomía española. El día 9 de marzo se celebra el Día Mundial de la Tortilla de Patata. Por supuesto que hay debate. ¿Con cebolla o sin cebolla? ¿Fría o caliente? ¿Muy cuajada o poco hecha? ¿De bar o casera?.
No hay hogar donde no se haga. No hay madre de la cual no sea la suya la mejor. No hay bar donde un pinchito de tortilla no nos alegre el día. La tortilla de patata, este Sol de la cocina patria, da para hablar de ella durante horas e incluso para preparar tesis en su nombre. Nosotros le vamos a hacer un homenaje como se merece, acompañándola de un buen vino.
Como dato curioso hay quien dice que el origen de la tortilla está en un cocinero belga que en 1604 inventó esta receta, pero otros estudios dicen que fue el Marqués de Robledo, en Extremadura, el que hizo posible este milagro culinario. Buenos huevos, buenas patatas, aceite, y, a ser posible, una sartén dedicada en exclusiva para hacer tortillas. A partir de aquí ya solo depende de la maña de cada uno.
TORTILLA DE PATATAS TRADICIONAL
Para hacer una tortilla clásica lo principal es elegir unas patatas firmes y que no sean harinosas, los huevos, lo más frescos posible, y el aceite, a elegir. Hay chefs que incluso prefieren el aceite de girasol para que no dé demasiado sabor a la tortilla el de oliva.
Las proporciones, para medio kilo de patatas, 5 huevos. Se cortan las patatas en lascas, se cubren bien de aceite, y se fríe a fuego lento. De este confitado de la patata dependerá mucho la textura y sabor de la misma. Se escurren y se les echa sal. Después se pasan al plato donde estén los huevos batidos y se vuelve a echar a la sartén. Se cuaja a gusto del consumidor. A esta tortilla la acompañaremos de un Marques de Vitoria Crianza Tinto. Si la preferimos con cebolla, ésta se añade cuando la patata esté casi frita y que esté un par de minutos. Para la tortilla con cebolla, abrimos otra botella del mismo vino que la mañana es muy larga y algún amigo se apunta.
TORTILLA DE PATATA DECONSTRUÍDA
Esta tortilla de la que fue su embajador Ferrán Adriá, se hizo muy popular a principios del 2000. Para prepararla, aunque parezca mentira, la cosa es bastante fácil. Se carameliza la cebolla, se hace un puré de patata y un sabayón con el huevo. Se sirve en una copa poniendo la cebolla al fondo, luego el huevo, y por último el puré de patata ligero y emulsionado. Los imitadores de caseros son cada vez más frecuentes y siempre pueden abrir una botella de Faustino Art Collection Viura Chardonnay para disfrutar de ese invento tan especial.
TORTILLA DE PATATA TRUFADA
Esta tortilla se ha puesto muy de moda últimamente y la podemos encontrar en cientos de bares. Su elaboración es como la tradicional, solo que añadiendo salsa de trufa negra (un par de cucharadas para la tortilla de 5 huevos). Se la añadimos a los huevos batidos y lo mezclamos todo muy bien. Poco cuajada queda perfecta.
Esa pasta de trufa, la podemos encontrar cada vez con más facilidad en cualquier supermercado. Para muchos es una herejía gastronómica, pero cubre las apariencias y está estupendo como estimulador de sabor. Si tenemos una botella de Fortius Blanco Chardonnay en casa podemos disfrutar de un momento glorioso y muy especial.
TORTILLA DE PATATA A LOS CUATRO QUESOS
Esta tortilla queda verdaderamente suave y jugosa. Para elaborarla le podemos poner los cuatro quesos que más nos gusten y que derritan bien. Queso crema, ricota, mozzarella, parmesano rallado, gruyere, roquefort… Por supuesto que puede levantar ampollas entre los puristas, pero es un estimulante los adictos a los lácteos.
Batimos los huevos con un poco de cebollino picado y crudo y añadimos ahí las patatas, los quesos, sal y pimiento. Queda francamente deliciosa.Y para esta tortilla le vamos a poner de compañero un Portia Roble, que va a animar nuestra apuesta por los estímulos más básicos.
