Vinos para esa fruta que alivia el verano

//Vinos para esa fruta que alivia el verano

Vinos para esa fruta que alivia el verano

Uso y costumbre de una moda en cambio.

El vino y la fruta pueden ser una mezcla perfecta. Ambos son productos de la tierra y la naturaleza que el hombre aprovecha para sí, demostrando que el maridaje humano – con todos los recursos que ello supone – con estos elementos primigenios es total. Y no es que a la fruta o al vino les falte elaboración, pero ambos tienen en común, en su enorme variedad, esa naturaleza de perfecto tentempié y complemento de otros platos.

Los componentes del vino nos van a condicionar la elección del producto. Una parte muy importante es la acidez. La acidez de la fruta y el vino se pueden compensar, y eso en el caso de los cítricos es muy importante. No menos integrador es el cuerpo y la textura. Siempre se debe que el vino opaque el sabor de la fruta. Por supuesto, que el color también es muy importante porque la parte estética va a generar una primera impresión. En general, vinos jóvenes, afrutados y sin crianza son la mejor base de un maridaje.

Vinos para esa fruta que alivia el verano

Aunque no se debe generalizar. El vino blanco, por ejemplo, es el más adecuado para la fruta. La opción más fácil apuesta por un vino fresco, seco y en sí mismo deja ver ese sabor entre dulce y ácido que podemos atribuir a la fruta. Muchos ya incorporan ese aroma a frutos del bosque que los acerca aún más a la fruta en sus distintas variedades, aunque sobre todo frutos dulces y maduros como la papaya, la banana o el mango. Las manzanas y las peras también se integran con delicadeza con los tintos jóvenes. Nuestra creaciones de Portia son perfectas.

Vinos para esa fruta que alivia el verano

El caso del tinto es generalmente distinto. Aunque podemos aún así lograr excelentes maridajes con este sabor más intenso. Higos, uvas, pasas y frutas de estación se revelan como sabores más compatibles con el intenso cuerpo de un buen tinto. En el caso de un tinto de su variedad más dulce, nos quedan las cerezas o las ciruelas como perfecto complemento. Un tempranillo crianza puede estimular las cualidades de las bananas y los plátanos.

Además combina a la perfección con fruta fresca como uvas, peras y manzanas verdes; y su sabor delicado podría contrastar a la perfección con un chutney no demasiado picante de kiwi, albaricoque o incluso melón.

Vinos para esa fruta que alivia el verano

Los cavas de Faustino casan mejor con frutas como la piña, el mango, el coco, la grosella, aunque podemos aproximarnos a otros sabores y experimentar. Nada es incompatible con el suave sabor de un vino de naturaleza moderada como los presentes. En general, los frutos rojos como las fresas, moras, cerezas o frambuesas casan bien con los vinos rosados, especialmente amigos de frutas como el melón. Se trata de una afinidad fácil de recordar por el color, al menos en el caso de las populares fresas.

Como vemos, las posibilidades son infinitas. Hay vinos que, de hecho, parecen haber nacido para mezclarse con las frutas, sobre todo en verano. El intenso calor hace que un tinto de verano parezca la bebida perfecta si va acompañado de trocitos de fruta flotando en la superficie. O una buena sangría con vino tinto, naranja, manzana y azúcar y, por supuesto, limón.

Vinos para esa fruta que alivia el verano

Plátano, pomelo, naranja, cereza, melón… las posibilidades son infinitas, y los sabores refrescantes, también. La uva, al fin y al cabo, es una fruta, así que pese a ser perfecta en sí misma por su equilibrio de sabores dulces y ácidos, en realidad no hay por qué quitarse posibilidades