James Suckling toma Campillo

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James Suckling toma Campillo

Un romance a la sombra de la montaña

El famoso prescriptor y crítico de vinos James Suckling, reconocido internacionalmente, ha incluido nada menos que cuatro vinos de Bodegas Campillo en su lista de máximas recomendaciones. Aquí los reconocimientos no se regalan. Ahí están los 94 y 93 puntos que han conseguido Campillo Raro 2017 https://bit.ly/3EPjjEe y Campillo 57 Selección Especial 2016, dos exclusivas ediciones limitadas que se añaden a los excelentes 92 puntos obtenidos por el Reserva de 2017 y el Crianza de 2019, respectivamente. Un reconocimiento que es un premio para el trabajo bien hecho.

James Suckling

Suckling, periodista especializado en catar vinos y transmitir la cultura vinícola, lleva años extendiendo su gusto por el buen vino a nivel mundial. Su tierra natal es California, en sí misma devota del buen vino y sobradamente implicada en sus procesos, y quizá eso favoreció la particular escala de valores del norteamericano, que concede 15 puntos al color, 25 al aroma, otros 25 a la estructura y 35 a modo de valoración final de cada vino. Suckling valora más la boca que la nariz y se debe a las emociones, como precisamente también lo hacen los vinos de Bodega Campillo.

Estas bodegas del Grupo Martinez Zabala se caracteriza por su buen gusto y las cuidadas elaboraciones, por el conocimiento de la tradición y, a la vez, la capacidad de aplicar los mejores y más modernos métodos de producción. Una bodega con legado que, en el caso de Campillo, en la villa medieval de Laguardia (La Rioja) produce vinos que explotan al máximo las características de este suelo riojano, en la rioja alavesa pero a la vez a los pies de la Sierra de Cantabria.

En sí misma, Bodegas Campillo marida con los viñedos cierta idea de la arquitectura que no les es ajena en absoluto a las bodegas de los Martínez Zabala. La construcción reproduce los modos y maneras de un clásico chateau pero en tierras riojanas, guiñando el ojo a un modo de vida y de producir el vino fuertemente apegado al estilo del majestuoso edificio de madera y sillería. Sus 50 hectáreas de viñedo tienen una personalidad única guiada, a su vez, por el inacabable conocimiento de la enóloga Ruth Rodríguez Ascacíbar, que parece conocer hasta el último matiz del suelo riojano.

El resultado es un vino que, en las selecciones realizadas por Suckling, brilla por sí mismo, pero que no se queda corto en las demás. El Campillo Raro es un vino de color rojo cereza de un sabor intenso y especiado, con unas notas de regaliz y vainilla que refuerzan esa potencia natural. Ideal para carnes, setas o pescados de mucho sabor, es un tempranillo madurado mínimo 22 meses en barrica de roble francés y uno de los mayores éxitos de la Bodega Campillo.

El Campillo 57 Selección Especial del año 2016 es, por su parte, un vino igualmente intenso de color rozo cereza, con -también- ciertas notas de vainilla que en su caso derivan a sabores de fruta madura, con notas tostadas y de pastelería, como yema tostada o bombones de chocolate negro con naranja. Esta complejidad configura un vino tempranillo redondo y con cuerpo, pero muy equilibrado.

Vinos que, en todo caso, son plenamente originales y por tanto muy del gusto de Suckling, que ha desarrollado un método y un universo propio para degustar vinos, donde prima el sabor y la experiencia por encima de otros parámetros más convencionales en la enología. La emoción, si quieren, que Bodegas Campillo sabe tan bien imprimir a sus vinos.