Ideas y vinos para cambiar de ánimos.
El 13 de octubre es el día mundial del huevo, y qué mejor momento para reivindicar este alimento universal y nunca bien ponderado. El huevo soporta crítica, informes y mentiras, porque es la solución alimentaria perfecta para parejas en crisis, cocineros inexpertos o dietas de emergencia. Con media docena de huevos en casa se pueden recibir unos amigos sin problemas.
Por eso, el huevo forma parte de nuestra vida, sirve de plato en sí mismo o como aderezo. Es uno de los grandes comodines de la cocina. Capaz de asumir un rol principal o secundario, siempre conserva sin embargo su capacidad alimenticia, su sabor, su capacidad para elevar cualquier receta o plato mediocre a los altares de la buena cocina.
Un buen plato de huevos en escabeche encarna todas las propiedades y sabor de los huevos. Para empezar, es tremendamente fácil de resolver, ya que solo necesitamos cocerlos en agua, pelarlos y añadir agua con especias (cebolla, ajo, pimienta, cilantro…) en un tarro de cristal. Tras dejarlo macerar una semana, ahí los tenemos para nuestro disfrute. Por supuesto, este plato con potencial para convertirse en uno de nuestros básicos se puede comer solo o como guarnición de otro plato. La idea de abrir una botella de Campillo Blanco Fermentado en Barrica como compañero de mesa y mantel es muy sugerente.
Los huevos rotos con jamón son otro esencial de la cocina española. Sobradamente conocido como tapa, es sin embargo un plato cuyo sabor y potencial se disfruta más en casa, con ingredientes de calidad, buen vino y toda la paciencia del mundo. Además de alimenticio, es tremendamente fácil de preparar.
Solo recomendamos freír bien unas patatas cortadas en rodajas con aceite de oliva virgen extra, un jamón a nuestro gusto y sí, los huevos fritos con el aceite que nos ha sobrado de las patatas con un poco de sal. Por último, revuélvase y rómpase la yema… delicioso. La idea de acompañarlo con una botella de Marques de Vitoria Crianza no es nada desdeñable.
También tenemos la opción de los huevos rellenos. ¿De guacamole, de caviar, atún, surimi o salmón? Son otro clásico para el verano, aunque en realidad vale para cualquier época del año. Cocemos los huevos completamente sumergidos en agua, separamos las yemas para añadirlas a un bol con una mezcla de especias o yogur elegida, y fin. Este plato fresco y nutritivo puede adornarse o complementarse con cualquier cosa, así como servir de plato en sí mismo o bien de entrante. Cualquiera de los cavas de Bodegas Faustino, provocan una delicada alegría en nuestra memoria gustativa.
No obstante, el plato más conocido con huevo de por medio es la tortilla Francesa, española, de patatas, con queso o jamón, más esponjosa o mojada. Este plato es capaz, de nuevo, de adaptarse al gusto de cualquiera y sirve, quizá por eso, tanto para el desayuno como para la comida o la cena. El ingrediente constante es el huevo, que cuyas claras convenientemente batidas, deberán formar una prometedora espuma. La clave aquí es no cuajarla demasiado, aunque para gustos los colores. Las yemas, con sal y pimienta, se añaden después antes de ir a la sartén con aceite de oliva hasta que cuaje. El toque final lo pone la personalidad de cada cocinero y su manera de bailar en la cocina.