Cuando el caos es belleza

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Cuando el caos es belleza

Dame un revuelto y veré lo que puedo hacer

 

Los huevos alegran la vida, no hay duda. Una proteína tan rica, tan sencilla, tan sana y que admite cualquier cocinado. Probablemente no haya casi humanos en el orbe terrestre al que no le gusten unos huevos fritos y es que, en su pura sencillez, alcanzan el olimpo de los platos estrella. Pero no solo de huevos fritos vive el hombre. Los revueltos son también una de las mejores maneras de comer un plato rico en nutrientes, rápido de hacer y que arregla cualquier cena , acompañado de una copa de vino.

Cavas, rosados, garnachas, mencías, jóvenes, crianzas. El maridaje de los huevos es tan amplio como lo quiera nuestra imaginación.

Revuelto de huevos con migas de torreznos y trigueros

Empezamos por todo lo alto. Unos buenos torreznos, crujientes por fuera y como mantequilla por dentro… unos trigueros pasados someramente por la plancha y huevos. Normalmente los huevos para revueltos se baten primero, pero en este caso, queda mucho más jugoso si se echan directamente a la sartén y ahí se estallan y se mezclan con el resto de ingredientes. Un plato perfecto para preparar en un día de campo y acompañarlo con un Rosado de Marqués de Valcarlos.

Revuelto de espinacas frescas y tomates

Brillante a la vista y delicado de sabor. Aquí salteamos primero unas láminas de ajo para darle un toque a las espinacas. Echamos las espinacas frescas y un tomate pelado y cortado en tacos. En un par de minutos se añaden los huevos, en este caso batidos y con una pizca de pimienta negra, y cuando está todo casi cuajado, un punto de queso fresco tipo Burgos o mozzarella… un bocado exquisito. Un blanco de Bodegas Portia es una excelente elección.

 

 

Revuelto de salmón ahumado

Una opción perfecta para sustituir los huevos benedict y el salmón en un brunch, y ser un pelín más originales. En este caso es mejor  cocinarlos con mantequilla. Se baten los huevos, se salpimentan y se echa un chorrín de nata. Cuando están medio cuajados se echa el salmón cortado en tiras o taquitos y se apaga el fuego para que se cuaje todo con su propio calor y el salmón no se cueza. Ideal para servirlo sobre unas tostadas. Una copa, o dos, de Cava Faustino es la solución.

Revuelto de morcilla y pimientos del piquillo 

Este revuelto es uno de los que más éxitos cosecha y es que la morcilla es otro de los tótem de los triperos patrios. Se puede hacer con pimientos del piquillo de lata, se escurren y se cortan en tiras. Se rehogan con un par de ajos y en otra sartén se saltea la morcilla con su propia grasa. Se añaden los huevos batidos a los pimientos y una vez escurrida la grasa de la morcilla se añade.  Si tenemos una botella de Campillo Crianza  a mano puede ser la opción perfecta.

Revuelto de verduras y queso

Una de cal y otra de arena… después de la morcilla, limpiemos el organismo con unas verduras frescas y crujientes.   La vida se ve mejor con una copa de Faustino Orgánico mientras cocinamos. Podemos echarle las verduras que queramos, judías verdes, guisantes, brócoli, calabacín… pero siempre con una base de tomate pelado, picado y sin semillas. Se saltean las verduras, se añaden los huevos y cuando están a medio hacer se apaga el fuego y se añade el queso, que puede ser rallado o en taquitos. Para decorar un poco de cebollino picado le da un punto de frescura ideal.

Por | 2020-08-20T11:54:44+00:00 agosto 19th, 2020|Categorías: Miscelania|Etiquetas: , , , , , |Sin comentarios