La verdejo blanco o simplemente verdejo, es una uva blanca española. En concreto, se trata de un cruce entre la traminer, también conocida como savagnin, y la castellana blanca.
Esta variedad de uva blanca es autóctona de la zona de Rueda, que abarca las provincias de Valladolid, Ávila y Segovia. Una denominación de origen que se caracteriza por su altitud, entre 700 y 800 metros, con un clima continental marcado por inviernos rigurosos y largos, breves primaveras y veranos muy cálidos y secos. Aquí el cultivo de la verdejo está muy extendido, debido a su buena adaptación al clima y a los suelos arenosos cubiertos con cantos rodados. Las cifras casi dan miedo.
En la campaña del 2017 se recogieron más de 71 millones de kilos y se trabajó en más de 12.000 hectáreas… ¿Es mucho? Pues sí… La Verdejo es tan polivalente y resistente que va tomando las tierras de Castilla y León con facilidad. Hasta algunos ayuntamientos como el de Madrigal de las Altas Torres tiene su propia producción.
En esta tierra, la historia también tiene sus tributos. Parece ser que esta variedad habita desde hace siglos en las cercanías del Duero. Se cree que su origen puede coincidir con la época del reinado de Alfonso VI de León, en los siglos XI y XII. En esa época y tras la Reconquista de Toledo, se repobló la cuenca del Duero con cántabros, vascones y mozárabes, siendo estos últimos los que con mayor probabilidad trajeron la verdejo a España.
Rueda no es lo mismo que Verdejo, pero la presencia de otras variedades es muy poco importante. Y a la hora de hablar del carácter de los vinos de Rueda, lo mejor es decir que se definen por tres elementos esenciales: la uva verdejo, el clima continental y los suelos cascajosos. Inviernos duros, veranos infernales y ese carácter que transmite los pueblos de la zona son el valor añadido.
De estos blancos puede decirse que son frescos y muy aromáticos. El aroma y sabor de la uva verdejo tiene matices de hierba de monte bajo, con toques afrutados y una excelente acidez. Por estar dotados de una gran armonía, tras su paso por boca, invitan a seguir disfrutando de ellos. No es raro que sea un buen vino para el tapeo de puerta en puerta.
Técnicamente, los vinos elaborados con uva verdejo se dividen en dos grandes grupos: los que tienen fermentación y/o envejecimiento en barrica y los que no. Los verdejos con barrica o madera tienen mucho más cuerpo, más estructura. Son lo que se denomina ‘vinos gastronómicos’. Los que no la tienen, son blancos, frescos y elegantes, tan fáciles como resultones…
Uno de los encantos del verdejo es que es un vino muy versátil. Espléndido para tomarlo solo como aperitivo y excelente para acompañar muchos tipos de platos. Funciona con numerosas posibilidades… Da igual unos tacos o unos burritos que un curri de pollo. Los quesos suaves, como los brie, son perfectos. Unas anchoas, unos ahumados o una buena cazuela de mejillones pueden ser buenos compañeros de viaje.
Y para muestra, bien vale el recién llegado Portia Verdejo 2017, un monovarietal de uva verdejo elaborado en Bodegas Portia, situada en la localidad burgalesa de Gumiel de Izán y propiedad del Grupo Faustino. Se trata de un vino que logra reflejar a la perfección el alma de la Denominación de Origen Rueda. Un blanco que se empieza a disfrutar cuando las primeras gotas caen en nuestra copa… Es tan bonito, que el primer sorbo ya invita al segundo.
