Otra manera de entender el mar.
Olas, remo, viento y fuerza… Los cuatro elementos fundamentales para entender una jornada de traineras. Por todo la costa del Cantábrico y coincidiendo con el buen tiempo, las tripulaciones de cada embarcación defienden el “honor” de cada club.
Durante el invierno se entrena, en primavera se cierran las tripulaciones y se sale a la mar, si el tiempo lo permite, para ir animando el ambiente. En mayo-junio ya empiezan las competiciones fuera de liga, y ahora, en julio, agosto y septiembre, se celebra la fiesta grande: La Liga de Regatas, con sus divisiones, sus grupos, sus ascensos y sus “play-off”. Y por supuesto, con tripulaciones masculinas y femeninas.
La tradición de las traineras se popularizó sobre todo en Santander y San Sebastián, desde mediados del siglo XIX, participando todos los mozos que se preciaban de ello y que tenían un gran sentimiento de competitividad y de amor por su tierra.
Hoy encontramos de todo el mundo dándole al remo en las traineras, hombres y mujeres que reman entre olas de hasta 6 metros, recordando esa vinculación con el mar, la ola, la galera… y cómo no, con la sardina y la anchoa, que son la causa última de que los remeros quisieran llegar a puerto antes que el vecino. Por supuesto, que también hay que hablar de la tradición de los cazadores de ballenas…
La historia habla de las más antiguas, como la Bandera de Santander, El Gran Premio del Nervión y la Bandera de la Concha. Al final son días de fiesta, porque aquí no hay que tener mucha excusa, juntarnos y tomar unos vinos…
La Bandera de Santander es la competición de traineras más antigua de España. Se celebra desde, al menos que se sepa, 1856. Ha tenido muchos recorridos, pero hoy en día se celebra en la bahía de Santander, junto al monumento de los raqueros, frente a los muelles de Maliaño. Un marmitaco, unas rabas o un buen bonito no tienen temporada.
Un blanco de Bodegas Campillo o una copa de Faustino siempre es bien recibida. Una pequeña recomendación… acompañamos las sardinas con una copa de cava, aparte de proporcionar un momento delicioso, su carbónico limpia la boca de esa grasa melosa que suele dejar la sardina.
Otro lugar de prestigio es la población de Cantabria de Castrourdiales, y un escenario privilegiado, no hay que perder la oportunidad de disfrutar de él tanto como de la competición.
La primera Bandera del Nervión se celebró en 1887, como motivo de la visita de la Reina María Cristina. En esta regata participaron originariamente las traineras de Bermeo, Ondárroa, Santurce y Cíervana… cuatro instituciones en el mundo de las traineras.
Santurtzi, Portugalete y Getxo son tres sitios perfectos para tomar unos chikitos y unas tapas marineras, después, por supuesto, de admirar a los traineros y traineras y su estampa por la costa vizcaína.
La rivalidad entre las tripulaciones guipuzcoanas y santanderinas siempre ha sido la constante de esta competición, de hecho, en 1966, cuando se empezó a disputar de nuevo después de varios años de sequía trainera, la llamaron la Regata del Siglo.
Hoy la Liga está muy regulada. Técnicamente, es la Liga ACT o Euskolabel, que como bien explica wikipedia, es “la Liga de la Asociación de Clubes de Traineras (ACT), como primera división del remo en el Cantábrico. La Liga ACT nació el 2 julio de 2.003 tras el acuerdo alcanzado por los gobiernos de las comunidades autónomas de Asturias, Cantabria, Galicia y Euskadi, para apoyar e impulsar una disciplina deportiva que forma parte de la historia de los pueblos del norte de España. En el año 2006, tras un acuerdo de patrocinio con la empresa Mahou-San Miguel, la Liga ACT cambió su nombre por el de Liga San Miguel. En 2017 volvió a cambiar de denominación a Liga Euskolabel.
Pero a la hora de competir, todos los participantes quieren lograr la Bandera de la Concha. 1879 fue el primer año que se celebró su categoría masculina y 2008, la femenina. Es la bandera pionera en equiparar el premio económico entre las categorías femeninas y masculinas, todo un ejemplo. Se la llama popularmente La Olimpiada del Remo, y es la más prestigiosa de todas.
Urgull, Igeldo, el Paseo Nuevo, el Muelle, la Isla, las playas… todo se llena de auténticos forofos, mas de 100.000, para animar a sus remeros y de paso disfrutar de la incomparable Bahía de La Concha. Las apuestas corren por todos los bares de los alrededores… Cuántos segundos sacará ésta o la otra… Quien se hará con la Bandera…
Cualquier excusa es buena para disfrutar de la rica comida donostiarra. Los vinos de Marqués de Vitoria o Campillo son perfectos para una tarde de pinchos. Pimientos, pulpo, sardinas o changurro… El que pierde paga.