El Grupo Faustino piensa en el futuro
Sin lugar a dudas, una de las revoluciones del pensamiento moderno es asumir la responsabilidad medioambiental de nuestros actos. Ahora somos conscientes, tal vez por primera vez en la historia de la humanidad, de que todo lo que hacemos tiene sus consecuencias.
Ya sea como individuo, empresa o Estado parece obligado a comprender que cualquier actividad deja su huella, y por tanto, si tenemos un mínimo de conciencia, debemos reducirla todo lo posible.
Grupo Faustino, consciente de su compromiso con la sociedad y el planeta, se propone llevar a cabo todas sus actividades de manera respetuosa con el medio ambiente. Para ello ha elaborado un plan de sostenibilidad medioambiental para llevar a cabo entre los años 2015 y 2020. La decisión ya está dando sus frutos.
La práctica de la viticultura, por su propia esencia, tiende a formar parte del paisaje, definiéndolo y transformándolo. Ser consciente de ello, “escuchar al viñedo”, es la mejor manera de conseguir un equilibrio sostenible para el futuro.
Una primera aproximación al objetivo de reducir la huella ambiental implica cambiar algunos de los usos y prácticas de otros tiempos. Todo empieza en la concienciación del personal involucrado en la actividad vitícola, que cada vez es más cualificado. El objetivo es desarrollar un viñedo ecológico, con el uso de abonos orgánicos, la reducción de fitosanitarios y actuaciones mecánicas. Las vendimias nocturnas y el uso de carbónico líquido en la recepción de la uva implican un importante ahorro energético en los controles y el seguimiento de las fermentaciones de los distintos vinos.
El control integral de los viñedos mediante sensores de todo tipo y el control exhaustivo de todas las etapas del proceso productivo permiten, y casi obligan, a la toma de decisiones y planificar las actuaciones referentes al uso y gestión de la energía, el agua y los residuos de un modo mucho más razonable.
Lo primero es reducir el gasto de energía. Para ello se mejora el aislamiento de todas las instalaciones. Además de mejorar los procesos propios de la actividad vinícola, como la estabilización en frío de tartratos y proteínas mediante productos orgánicos y el uso de técnicas novedosas durante la fermentación que hacen innecesarios los remontados. Soluciones nuevas, para nuevas tendencias…
Por supuesto se han impuesto protocolos para la compra de nueva maquinaria, el uso de luminarias más eficientes, utilización de botellas fabricadas con material reciclado y reciclable, el uso de corcho natural y sintético pero siempre reciclable, eliminación de cápsulas de PVC y uso de cajas también recicladas y reciclables.
El ahorro de agua se lleva a cabo mediante utilización de sistemas de limpieza de circuito cerrado, incorporación de presión en los sistemas de limpieza y racionalización en los riegos. También se imponen nuevas prácticas en la gestión y depuración de residuos. El impacto en la atmósfera también se minimiza con el mantenimiento adecuado de toda la maquinaria utilizada y la sustitución de gases tipo CFC, por otros más respetuosos con el medio ambiente.
Todos los cambios que se realizan de puertas para adentro se complementan con los acuerdos que se han llevado a cabo con proveedores y transportistas. En toda la estructura de producción y distribución se imponen objetivos medioambientales, para las estrategias empresariales.
Los logros conseguidos hasta ahora son sólo el comienzo de una nueva manera de concebir la producción y distribución de los vinos de Bodegas Faustino. Las posibilidades de avanzar siguen siendo muchas, desde la investigación de nuevas maneras y llevar a cabo los procesos vinícolas hasta la implantación de sistemas informáticos que reducen el consumo de papel y la ampliación de productos ecológicos. En el horizonte está certificar todas las bodegas del grupo con las más estrictas calificaciones medioambientales llevadas a cabo con auditorías externas no anunciadas.
Si queremos tener futuro, tiene que ser verde…
