La sabiduría popular sobre el vino

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La sabiduría popular sobre el vino

La sabiduría popular gusta mucho de expresarse con refranes, dichos y sentencias cortas y lapidarias. Así se dan consejos y se previene de posibles males, siempre gracias a la experiencia acumulada durante generaciones y que se refleja en estos.

Como ocurre en todos los aspectos de la vida, es fácil encontrar un consejo y su contrario, una recomendación y su opuesta. La humanidad se divide en dos clases de personas, los que piensan que “a quien madruga, Dios le ayuda” y los que opinan que “no por mucho madrugar amanece más temprano”. En cualquier caso, siempre hay una experiencia detrás de cada refrán. O al menos se supone que es así.

Refranes, frases célebres, dichos populares, adagios y proverbios hay sobre cualquier tema importante de la vida, y el vino es uno de ellos. Es interesante hacer un repaso a lo que la sabiduría popular tiene que decir al respecto. El vino, en cuanto elemento fundamental de la cultura de Occidente desde hace milenios, y como acompañante fundamental de los momentos decisivos y festivos de nuestra existencia, está presente en una infinidad de frases y sentencias populares. Y nosotros, como nos gusta ser claros y llamar al pan, pan y al vino, vino, hemos rebuscado entre las más populares para ver qué enseñanzas podemos obtener de tanta sabiduría.

La sabiduría popular sobre el vinoEn nuestro inconsciente colectivo existe la certeza de que el vino alegra la vida si se bebe con moderación y que el exceso es siempre pernicioso. “A nadie le hace mal el vino, si se bebe con tino”, sirve de resumen de este consejo aunque también podemos afirmar que “beber con medida, alarga la vida”, aunque también hemos oído que “bueno es beber, pero nunca hasta caer”  y “bebe agua a chorros y vino a sorbos”. Parece clara la idea.

 

Si no se cumple con esta idea, el vino, gran amigo del ser humano, se puede volver su enemigo: “mal enemigo es el vino, si el tomarlo se hace vicio”. Y otro, que aplican mucho los taberneros pero que en realidad debemos aplicarnos todos a nosotros mismos: “si bebes para olvidar, paga antes de empezar”.

Y ya que hay que beber vino, pero con moderación, el siguiente consejo es que sea vino de calidad. “A buen vino, no hay mal bebedor”, se dice. No hay nada peor que el mal vino. “Vino mezclado, vino endiablado”. Porque está el vino malo y el vino aguado, que casi es peor porque es destrozar algo que era bueno: “aguar el vino, es criminal desatino” nos dicen y no podemos estar más de acuerdo.

El vino, ya ha quedado dicho, alegra la vida. Por eso, “comer sin vino, es miseria o desatino”. Eso para el día a día, que para las ocasiones especiales ya sabemos que “fiesta sin vino, no vale un comino”. Todo esto se puede resumir en que “el español fino, con todo bebe vino”.

La sabiduría popular sobre el vinoEl vino no sólo alegra sino que ayuda a llevar la vida. Ya se sabe que “con pan y vino se anda el camino”, que “mala es la llaga que con vino no sana” y que “el buen vino resucita al peregrino”. Son tantos sus beneficios que “si la mar fuera vino todo el mundo sería marinero”.

Hay también una tendencia a desconfiar de la gente a la que no le gusta el vino: “al que nunca bebe vino, no le fíes ni un comino”, opinión tal vez exagerada porque también es sabido que debemos perdonar los errores ajenos. El que nunca bebe vino ya lleva la penitencia encima así que no lo castiguemos más.

Si debemos ser inflexibles con los que se portan mal. Hay que recordar a los cabezas locas que “lo que escatimes a tu mujer, no lo gastes en beber” porque siempre hay prioridades en la vida.

Ya los clásicos afirmaban que “in vino veritas”, es decir que “en el vino está la verdad”. Así que apliquémonos el cuento. Siempre con moderación y vino de calidad. Brindemos y utilicemos estas frases con moderación.