En la actualidad muchas bodegas ofrecen visitas a sus instalaciones, en las que es posible aprender sobre las diferentes fases de la producción del vino, además de llevar a cabo una cata de los diferentes productos. Pero pocas veces esa visita puede hacerse con un guía excepcional como es Nicolaes van Bambeeck, un interesante personaje que vivió en la Holanda del siglo XVII.
Un milagro semejante es el que se produce en las visitas teatralizadas a las Bodegas Faustino. Aquí la magia baja de los escenarios y un personaje histórico semejante camina junto a nosotros y nos hace participar de esta experiencia de una manera completamente original.
El personaje que nos guía a través de la bodega, que nos explica todo de una manera diferente no es un cualquiera. Todos los aficionados al mundo del buen vino han visto su retrato aunque probablemente nunca hayan sabido su nombre. Nicolaes van Bambeeck es la persona retratada por el magistral pintor Rembrandt cuya efigie aparece en las etiquetas de varios vinos Faustino I desde hace ya muchos años. Esa es la diferencia…
Pero, ¿quién era ese tal Nicolaes van Bambeeck y cómo llego a ser retratado por el mismísimo Rembrandt, uno de los más grandes pintores europeos de todos los tiempos?
De Nicolaes van Bambeeck sabemos que nació en Leiden, igual que el propio Rembrandt, así que es posible que se conocieran de muy jóvenes. Ambos, con el tiempo, se trasladaron a Ámsterdam, que entonces era una de las ciudades más ricas y florecientes de todo el mundo, dedicándose cada uno a sus propias actividades.
Bambeeck era un modesto comerciante de telas y paños. Hizo buenos negocios con la lana española, la gran lana de las ovejas de raza merina que sólo se producía en España pero que se exportaba en bruto a los Países Bajos y era allí donde se elaboraba. Poco a poco nuestro personaje fue progresando pero su ascenso social se produjo cuando se casó con Agatha Bas, la hija del alcalde de Ámsterdam. Bambeeck estaba en la cima de la alta sociedad de la época.
Las vidas de Bambeeck y Rembrandt siguieron cruzándose. De hecho podían cruzarse todos los días porque vivían en la misma calle de Ámsterdam. Corre el rumor de que nuestro comerciante de paños le prestó una buena cantidad de dinero al pintor y, como éste no podía devolvérselo acordaron que les hiciera un retrato al matrimonio. Así tenemos el magnífico retrato del comerciante, que se encuentra en los Museos Reales de Bellas Artes de Bélgica, una maravilla de lugar que por sí solo justifica un viaje a Bruselas.
Está claro que el arte llama al arte, y si decimos que el buen vino es una obra de arte que se bebe, es lógico que además tenga una obra de arte en la etiqueta. Los Faustino I están reconocidos como uno de los mejores riojas desde hace décadas, y sus botellas son fácilmente identificables por el retrato de Rembrandt. Pero como el mundo del arte y del vino nunca están parados, recientemente se han presentado unas nuevas etiquetas en las que aparece la versión del retrato de Bambeeck llevada a cabo por el artista colombiano Willy Ramos.
Con Bambeeck se hace entonces una visita a las bodegas que es como un viaje en el tiempo. Estas visitas teatralizadas, que incluyen una cata de dos vinos y un obsequio sorpresa, se llevan a cabo periódicamente en Bodegas Faustino. Para descubrir las fechas de las próximas visitas y reservar plaza lo mejor es entrar en el enlace de la página web de las bodegas.
Y cuando conozcamos la historia de las bodegas y del personaje que aparece en las etiquetas y que además da la bienvenida a los visitantes desde lo alto del arco de entrada de las instalaciones, veremos una botella de Faustino I de otra manera. Haremos entonces un brindis con la historia.
