Los golosos también saben de vino… y mucho.
Atención! Hay que prepararse para empezar con las celebraciones navideñas. Una de los momentos más deliciosos es la de empezar a hacer acopio de los dulces navideños. Turrones, mazapanes, panetones, dulces varios toman más protagonismo en la mesa. Es el momento de dejar las dietas y las restricciones de azúcar a un lado y abandonarse en los brazos de los deleites más golosos.
La Rioja, además de tierra de grandes vinos, es tierra de grandes reposteros. Sus inviernos fríos hacen que las reposterías y cafeterías proliferen para dar calorías a los cuerpos riojanos. Es por eso su maestría a la hora de hacer dulces incuestionables. Y como a la Familia Martínez Zabala nos gusta maridarlo todo, hoy maridamos los mejores postres riojanos con nuestros vinos. Ahí es nada.
De entre todos los artesanos pasteleros que confirma la fama del buen hacer de La Rioja, podemos fijarnos en dos de nuestros obradores favoritos. Ramflor y el Horno Arguiñano.
En Ramflor llevan desde 1979 haciendo pasteles, bombones, mazapanes y tartas. Flor Ramos y Jesús Nicolas fueron los que abrieron el negocio y hoy es su hijo David el que sigue con la tradición familiar con indiscutible éxito.
Son famosos en Ramflor por sus trampantojos. Dulces con formas especiales, como la de ristra de chorizo, que se marida perfectamente con los cavas más secos de Faustino. También tienen homenajes a nuestra pasión, como es la tarta de la vendimia, una sinfonía de sabores que con un Campillo Reserva Colección puede alargar una sobremesa hasta el infinito. Es el postre perfecto. Y como no, hablar de su Roscón de Reyes, uno de los mejores de toda geografía riojana.
Y después del atracón en Ramflor nos vamos a Horno Arguiñano, uno de los clásicos del pan sobao riojano. Este horno se fundó con la intención de volver a las panaderías de antaño, y hay que reconocer que lo han conseguido. Hoy es Eduardo Villar el que lleva la panadería y el que trasmite su pasión por los dulces a todo el que se acerca por su tahona.
Dicen que con pan y vino se hace el camino, y qué mejor que un Pan Sobado riojano, perfecto para acompañar embutidos en una merienda de campo. Con un Rioja de Marqués de Vitoria para empezar a hacer boca. La máxima de mucho tiempo y poca maquina dice mucho de su elaboración.
Y ya que hemos probado tartas y trampantojos, ahora nos vamos a entregar a los turrones. Los turrones artesanos de este horno son de otro nivel. Un turrón de almendras, blando y a modo de tronco de Navidad es su especialidad. ¿Con qué vino creen que puede maridar mejor? Los expertos dicen que si el turrón es de chocolate o contiene frutos del bosque nuestro vino es el tinto. Hay que pensar que frecuentemente se toma chocolate y vino para resaltar la intensidad de ambos sabores. En el caso del Pan de Cádiz, o los Polvorones siempre podemos volver a nuestros cavas que son garantía de alegría y estímulo.
Y cuando se abre la caja de pandora, el goloso se crece. Ya no hay límite… Siempre podemos acercarnos a MOKA, por sus croissants, que dicen que son los mejores de Logroño. La Pastelería MILHOJAS también es una dirección obligada por sus obleas. Y claro que los adictos al chocolate negro tienen su referencia en la Pastelería Golmajería Tupinamba, también muy famosa por sus turrones.