Aguas dulces para picnic de verano
Al organizar unas vacaciones en Burgos nunca se nos ocurriría pensar en un agradable y soleado día de playa… sí de rutas con patrimonio histórico, de naturaleza, de buena gastronomía y buen vino… pero lo que se dice de un día playero, pues no.
La provincia de Burgos es extensa y sorprendente, los ríos Ebro, Duero o Arlanza la bañan y ofrecen pequeños rincones donde las aguas tranquilas descansan y ofrecen auténticas playas donde darse un chapuzón. Lugares perfectos para montar un picnic y disfrutar de una copa de vino en el campo.
Playa de Arija
Al norte de Burgos encontramos esta playa que el Ebro hace en su paso por Arija. Las aguas son puras y cristalinas y no demasiado frías para lo que es el lugar. Eso sí, olas no vamos a encontrar.
La playa de Arija es un destino popular entre los amantes del turismo de interior, además de arenas finas y blancas, este paraíso fluvial alberga multitud de especies de aves, por lo que si te gusta el avistamiento de aves acuáticas, Arija es uno de los mejores sitios donde practicarlo.
Por supuesto también proliferan las actividades acuáticas, las rutas de senderismo y de bicicletas, y todo lo que se nos pueda ocurrir: canoa, paseos en barco a motor, piraguas… Y, como se trata de Burgos, es imposible no topar con algún vestigio románico. Los alrededores de esta playa están repletos de rutas del románico, iglesias rupestres, monasterios.
El pueblo de Arija es una pequeña población de unos 500 habitantes, pero en verano, se multiplica por tres gracias a este regalo que la naturaleza le ha dado. Unas botellas de Campillo rosado para un picnic junto al rio es una opción casi obligada.
LAS MERINDADES
El río Trueba, a su paso por Espinosa de los Monteros, forma este segundo destino playero, que agrupa varios rincones verdaderamente espectaculares para darse un chapuzón.
Aquí las aguas ya no son tan tranquilas como en el embalse del Ebro en Arija, aquí, además de una piscina natural en el corazón de un bosque, podemos encontrar cascadas, saltos de agua y muchas zonas verdes donde descansar y admirar el entorno, que realmente es precioso.
-La cascada El Peñón
La foto invita a la visita. Es el primer destino que encontramos en Las Merindades. En Pedrosa de Tovalina, concretamente. Una cascada muy vistosa emerge de la tierra y forma una piscina natural a sus pies. 20 metros de caída que llegan a una poza de 5 metros de profundidad.
Las aguas son de un azul intenso y cristalino, siempre frescas, no nos vamos a engañar, y con una pequeña playa de hierba para poder calentar la piel después del baño. Cerca hay un bar restaurante donde se come bastante bien.
-Piscina natural de Espinosa de los Monteros
Otro de los atractivos acuáticos de Las Merindades es la piscina natural de Espinosa de los Monteros. Está un poco más al norte del Valle de Valdivielso. Esta piscina la forma el río Trueba, y como sus aguas bajan directamente de los montes de la cordillera cantábrica, pues sí, están bastante fresquitas. Después de una caminata se agradece un baño y una plato de cuchara de los que preparan en la zona.
Es una piscina natural, pero cuidada y vigilada de la misma manera que las normales, con sus análisis de aguas, socorristas, vestuarios y duchas.
-Playa natural de Parque el Soto
Esta es una playa que podríamos decir urbana. A orillas del río Nela, en Villarcayo, encontramos una playita al escasos metros de la Plaza Mayor del pueblo donde practicar deportes náuticos, tomar el sol y disfrutar de un tranquilo día burgalés. Un bocadillo de morcilla de Burgos y una copa de Faustino son el mejor regalo que nos pueden ofrecer.