Pasteles fríos y vino

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Pasteles fríos y vino

Se acabaron las prisas.

Tanto para cenas como para cócteles, picnics o entrantes, los pasteles fríos son idóneos para los menús de primavera. Son fáciles de preparar, resultones, casi todos muy nutritivos y con una copa de vino, el bocado perfecto para las suaves temperaturas que nos esperan.


QUICHÉ LORRAINE

Pasteles fríos y vino, Quiche LorraineDe entre todos los pasteles fríos quizá el más internacional sea la famosa quiché lorraine. Quizás por antigua, quizás por francesa, la quiché es conocida en todas las cocinas del mundo. Su origen data del siglo XVII en el que se preparaba solo con huevos y crema de leche. Fue en el siglo XIX cuando se le añadieron las tiras de panceta y las verduras.

La preparación es sencilla y rápida, sobre todo ahora que se puede comprar la masa ya hecha, que siempre nos ahorra disgustos a los menos expertos. Se precalienta el horno a 230 grados y se pone en un molde untado de mantequilla la masa y se le dan unos golpes con un tenedor para que no suba al calentarse.

Cuando está medio hecha, se añade la mezcla de huevos, leche, nata, puerro, cebolla y panceta y se cocina hasta que cuaje. Esa es la manera tradicional de prepararla pero las hay para todos los gustos. La combinación de verduras, embutidos, setas y quesos se queda a elección del chef.

Llevarla a una fiesta campestre y acompañarla de una botella de Faustino Art Collection Viura-Cardonnay es un plan perfecto.


PASTEL AZTECA DE POLLO CON SALSA POBLANA

Pasteles fríos y vino, Pastel AztecaEste pastel es para sorprender a nuestros invitados, tanto en su sabor como en su maridaje. La base del pastel azteca es la salsa poblana. Una vez que la tengamos, luego es cuestión de preparar una especie de lasaña, pero a la mexicana.

La salsa la podemos comprar hecha o bien asar unos pimientos verdes poblanos, cebolla, ajo y cilantro y mezclarlo con crema agria.

Para hacer el relleno, en una sartén salteamos cebolla, pimiento, maíz, pollo y parte de la salsa poblana. Después se fríen unas tortitas de maíz y se colocan en un molde como una lasaña, capa a capa. Para terminar salsa poblana y queso a discreción. Se hornea y se puede servir tanto fría como caliente.

Si lo comemos frío lo acompañamos con un poco de cilantro fresco, queso fresco y aguacate. Delicioso. Bien es verdad que al pensar en comida mexicana la cabeza se nos va a la cerveza, pero prueben con un Cava Faustino Extra Seco… y seguro que sacas una sonrisa de tus invitados.


PASTEL DE CABRACHO

Pasteles fríos y vino, Pastel CabrachoLa mítica receta de Juan Mari Arzak es uno de los clásicos del verano. El cabracho es un pescado un tanto difícil de comer, pero muy sabroso, y en este pastel encuentra la horma de su zapato. Lo primero y bastante importante es cocer el pescado durante unos minutos para desactivar el veneno que lleva en sus espinas.

Después se mezcla la carne del cabracho con salsa de tomate, nata, zanahorias, apio y huevo y se cocina al baño maría como un flan. Tenerlo en la nevera nos soluciona muchas cenas a la luz de las velas y botella de Campillo Blanco Fermentado en Barrica.


PASTEL FRÍO DE TORTILLA

Pasteles fríos y vino, Pastel frío tortillaLa tortilla es el gran comodín para una comida informal y de picoteo. Si queremos darle una vuelta de tuerca, preparemos un pastel con ella. Lo mejor es combinar varios tipos de tortilla, de patata, de champiñones, de calabacín, paisana, de espinacas… o de lo que más nos guste o se nos antoje. Después nada más que poner capas de tortilla con un poco de tomate frito entre ellas, mayonesa para rematar y decoración al gusto… unas aceitunas, pimientos rojos…

Un ratejo en la nevera y ya está listo para comer. La tortilla aguanta casi todo, pero sabe valorar un buen vino. La opción de un Marques de Vitoria Blanco es perfecta. Su tono brillante y pajizo es un estímulo visual que anima a un segundo sorbo con rapidez.