Renovarse para mejorar
Si hay algo que caracteriza a la Familia Martínez Zabala es el binomio tradición-innovación. La tradición de una bodega de larga historia, unida a la innovadora gestión de las últimas generaciones de la Familia, son pilares fundamentales para unos vinos que tiene el prestigio y la calidad como principal reclamo. El viñedo es lo que les proporciona esa tradición y ese amor por la tierra. Sus vinos son un canal para la innovación continua y la adaptación a los nuevos tiempos.
En este camino de la innovación también se une su pasión por el arte y el diseño. Y es en este sentido en el que presentan la nueva puesta en escena de uno de sus imprescindibles, el Faustino Crianza.
Este Faustino Crianza es un tributo a la gama Faustino y a su identidad visual, tan conocida a lo largo de los cinco continentes, que es uno de los vinos de referencia para entender la cultura del vino español en el mundo.
Tenemos la base perfecta. El ya famoso retrato pintado por Rembrandt, se fusiona en este nuevo diseño con la emblemática F de Faustino. Los dos elementos fundidos en nuevo diseño icónico. Algo diferente sale de la caja. Prepárense los coleccionistas de etiquetas porque Faustino Crianza va a ser una de las propuestas más originales de esta añada:
La cápsula, en color rojo, va personalizada con detalles en estampaciones doradas, jugando así con los elementos de la marca. A esto unimos que el escudo de la Familia Martínez Zabala va integrado de forma muy sutil, en bajorelieve y con tinta muy suave. Presente y sensorial.
La etiqueta, casi sin hombro, se integra con los dos elementos protagonistas, con un efecto que parece a veces un 3D. El papel también cambia, con una propuesta más natural y suave al tacto.
Un Crianza emblemático de la DO Rioja que será el pionero en un nuevo cambio de imagen del grupo Martínez Zabala. Un objeto de colección que no puede faltar en la bodega de cualquier aficionado a los vinos de calidad.