En la ruta todo puede pasar.
El Camino de Santiago es uno de los destinos más demandados a nivel nacional e internacional. Este camino de peregrinación nacido en el siglo IX sigue recibiendo peregrinos de todas partes del mundo que vienen a vivir la experiencia, mística y no tan mística, que durante 12 siglos ha vivido parte de la humanidad.
El Camino Francés, el más transitado, tiene además el aliciente de coincidir con las mejores zonas de viñedos de nuestra geografía. Navarra, La Rioja, la Ribera del Duero, el Bierzo y Galicia… denominaciones de origen y tierras que, además de dar cobijo y deleite al peregrino, le descubren el elixir de nuestros mejores vinos.
Y como no podía ser de otra manera, un recorrido mágico como el Camino, está repleto de mitos y leyendas que hacen volar la imaginación del viajante. Si este verano vais a engrosar la legión de peregrinos a Santiago, aquí tenéis las leyendas más famosas del Camino para empezar a disfrutar.
LA LEYENDA DE FUENTE RENIEGA
En Astrain, a unos 11 kms. de Pamplona, más concretamente en un monte cercano a la población, un caminante se encontró a un apuesto joven que resultó ser el mismísimo diablo. El diablo le ofreció calmar su sed si renunciaba a Dios, a la Virgen María y al Apóstol Santiago. Como el peregrino se negó las tres veces, el diablo se esfumó y en donde le había tentado brotó una fuente, que sigue dando agua a todo el que se acerca a su caño.
Cuando hay alguna fiesta, rápidamente se hace una chistorrada a la brasa acompañada por los buenos tintos de Marqués de Valcarlos. Por algo estamos en Navarra!
LA LEYENDA DE SAN VIRILA
San Virila era un abad al que le atormentaba la idea de la eternidad. No la entendía y pedía a Dios que le iluminara. En uno de sus paseos matutinos por la Sierra de Leyre, se sentó en una fuente a descansar y se quedó absorto con el canto de un ruiseñor. Al volver al monasterio, no conocía a ninguno de los monjes y tampoco le conocían a él. Al dirigirse al Prior y éste consultar unos manuscritos guardados en su monasterio se dieron cuenta de que habían pasado 300 años desde que el bueno de San Virila saliera a pasear. Así le quedó bien claro el término de eternidad al santo.
EL ASNO DEL APÓSTOL
Un peregrino francés llegó a Pamplona con su familia y su mujer enfermó. Pasaron la convalecencia de la esposa en un albergue hasta que la pobre mujer murió, y al haber pasado tanto tiempo, el posadero le pidió mucho más dinero del que el hombre tenía, y le tuvo que pagar con su burro, emprendiendo camino con sus dos hijos pequeños y sin la ayuda del asno.
A mitad del camino pararon a rezar y, un anciano que por allí pasaba, se apiadó de él y le regaló su pollino. Continuaron hasta Santiago su peregrinaje y al llegar allí, el peregrino descubrió que el anciano que le había regalado su animal era el mismísimo apóstol, que escuchó sus plegarias. Compartir el vino también es muestra de generosidad.
LA LEYENDA DEL TXORI
En Puente la Reina la gente del lugar observaba como un pájaro visitaba todos los días la capilla de la Virgen del Puy que estaba en la torre central del puente románico. El ave limpiaba con sus alas la imagen de la virgen y con agua del río le lavaba la cara.
El acto del pajarillo se empezó a tomar como un anuncio de buenos presagios y, cada vez que aparecía, el pueblo festejaba y rezaba por los buenos augurios que traía el pequeño txori. Las visitas del pájaro continuaron durante más de ciento veinte años hasta que la torre donde se hallaba la virgen se destruyó.