No es fácil dibujar el sabor
Arte y vino, buenos compañeros de toda la vida. El vino es arte, y el arte, muchas veces, no se entiende sin el vino. En Grupo Faustino nos gusta ir de la mano con el arte, su historia y sus artistas. Hoy damos un repaso a uno de los símbolos más pintados a lo largo de la historia, la uva. Fertilidad, abundancia, transformación, bendición. Grandes pintores de la historia no escaparon a su influjo.
RACIMO DE UVAS, JUAN FERNÁNDEZ «EL LABRADOR»
Juan Fernández es un pintor enigmático, solo se sabe de él que vivía alejado de la corte y se dedicaba a pintar solo flores y frutas, principalmente uvas. Era tal su pasión por esta fruta que, en su época, el siglo XVII, alcanzó gran reputación en las cortes británica y francesa. Se le conocía por El Labrador porque vivía en el campo y se dedicaba a las labores de la tierra.
Uvas blancas y tintas, variedades de racimos, de un realismo tal que se hace la boca agua cuando se contemplan sus cuadros. Los detalles de sus cuadros nos dejan ver que cada uva es distinta y la luz revela hasta los más mínimos accidentes de las frutas. Muchos de sus cuadros se exhiben en el Museo del Prado de Madrid, y bien merecen una visita.
BACO ENFERMO, CARAVAGGIO
Se sospecha que este Baco de rostro y gesto inquietante es un autorretrato del pintor. Caravaggio fue un gran pintor, no tanto gran persona. Sus adicciones, mal carácter e incluso su instinto sanguinario le hizo tener una vida de lo más entretenida. En este cuadro en el que el dios está sujetando un racimo de uvas, contrasta la belleza de la composición con la mirada desasosegante del pintor.
Su otra obra de Baco, mucho más conocida, también contiene unas uvas y otras frutas, pero la copa de vino que sujeta con su mano izquierda le resta todo el protagonismo.
IL GRAPPOLO DI UVA, EMILIO PETTORUTI
Emilio Pettoruti fue el gran cubista argentino. Fue tan poco entendido en su época (principios del siglo XX) que sus cuadros debían presentarse detrás de un cristal, por la cantidad de escupitajos que recibía, le consideraban un artista degenerado, hasta que su arte pudo con todos estos detractores y se hizo un lugar entre los grandes nombres de la pintura internacional.
En el Museo Reina Sofía de Madrid podemos deleitarnos con su obra El Racimo de Uvas, una composición típicamente cubista que nos recuerda y mucho a Juan Gris, del que fue buen amigo.
VIOLÍN Y UVAS, PABLO PICASSO
Y continuamos con el cubismo, la deconstrucción del violín y uvas de Pablo Picasso en realidad es un juego para el espectador, con sus pequeñas partículas repartidas por el lienzo, Picasso invita al observador a hacer su propia composición.
Esta obra de 1912 fue creada bajo el movimiento del cubismo sintético, tan amante de los collages y deconstrucciones. La vinculación de Picasso y la uva es evidente en varias obras. Su botella de vino y sus dibujos sobre Baco y las bacanales son un referente de la mitología enológica.