El frio cierra mejor la piel.
Comienzan los trabajos en el viñedo. Después del letargo de la tierra, las vides se empiezan a preparar para un nuevo año. De las podas y del cuidado de la tierra dependerá la calidad y la cantidad de la uva recogida. Empieza pues el largo viaje hacia la vendimia.
El mes de febrero es uno de los meses clave en el trabajo de la poda. La poda de invierno es en la que se aprovecha para ir preparando a la vid para cuando despierte su savia, entre los meses de marzo y abril.
En este mes las temperaturas todavía son muy bajas, pero ya empezamos a ver días de sol en los que los viticultores aprovechan para ir podando sus viñas.
La vid tiene varias podas a lo largo del año y ahora toca el turno de la primera de ellas: La poda de invierno o la poda en seco. Cada viñedo tiene una técnica, pero la función es la misma.
Repasemos en pocos puntos en lo que consiste esta poda:
- La poda de invierno se hace cuando la cepa está todavía en reposo, entre el período en el que caen las hojas hasta el brote de las primeras yemas.
- Consiste en eliminar sarmientos, pámpanos y hojas que hayan quedado de la temporada anterior para que no crezca de forma incontrolada. La limpieza es salud.
- Se limita el tamaño de la vid para así evitar su envejecimiento Los excesos suelen traer problemas.
- Se dejan dos yemas por cada pulgar de cepa que se corta. De estas dos yemas brotarán las hojas en primavera.
- Se pueden utilizar diferentes tipos de poda y :
En vaso: Se podan las cepas para que sean bajas y con tres o cuatro brazos.
En cordón: Se forma un tallo muy largo y brazos cortos.
En palmeta: se deja a la vid con un tallo corto con brazos también cortos pero bien visibles. Esta es la más utilizada.
- La poda en seco no se debe hacer con temperaturas demasiado bajas. Si hay muchas heladas, éstas pueden volver quebradiza la madera y se puede astillar. Si la temperatura baja de cero grados a la madera le cuesta más cicatrizar y corre más riesgo de coger enfermedades. Un buen equipo de poda no es fácil de preparar.
- La poda de invierno puede ser temprana o tardía. Temprana es en el mes de noviembre, y tardía, en los meses de febrero y marzo. Los haces de sarmiento son también muy cotizados para una buena parrilla de chuletillas.
- La temprana se hace con las variedades más vigorosas y fuertes. Un viñedo maduro se perfila mejor con esas características.
- La poda tardía se hace en vides más jóvenes y en variedades de maduración temprana para retrasar su brotación y maduración.
- Y por último, hay que tener en cuenta las condiciones climatológicas. No hay que podar con niebla, lluvia o con mucha humedad. Estas condiciones favorecen la proliferación de hongos y heridas de la madera. Cielo azul, tijera afilada y buen gorro son los mejores compañeros
