La sonrisa de un ciclo natural.
Dicen que el viñedo se duerme en invierno para resurgir con más energía en primavera. Son las fechas en las que empieza de nuevo el camino del vino. Después del letargo invernal llega el lloro, la savia se despierta y por fin llega el momento más esperado, la brotación.
Es un momento muy delicado, pero también es el tiempo de nuevas energías. Poco a poco nuestros viñedos van brotando y la ilusión de una nueva añada se pone en marcha. En Rioja, Navarra y La Mancha el ciclo ya ha comenzado, y en breve, nuestras vides de la Ribera del Duero volverán a protagonizar el milagro de la brotación.
Para cualquier viticultor este momento es crucial. En buena parte, de este crecimiento y su buen desarrollo dependerá la salud y la fortaleza de las ramas que van a soportar los nuevos racimos. En el instante en el que las vides empiezan a llorar, ya sabemos que la brotación está al caer.
Entre los meses de marzo y abril la savia vuelve a circular por las ramas que fueron podadas para dar lugar a nuevos tallos y hojas. Es un momento de gran ilusión para toda la familia del vino y de ponerse manos a la obra para empezar con los cuidados que requiere la viña durante esta fase.
- Lo primero que se hace es labrar el suelo. Es la forma natural de airear las raíces y eliminar las malas hierbas que puedan dejar sin nutrientes a la vid.
- Una vez limpia y aireada la tierra, procedemos a su abono para enriquecerla en nutrientes. Son las vitaminas para dar lo mejor.
- Hay que estar muy pendiente de las heladas. Estas fechas son traicioneras y es muy posible que caiga una helada después de la brotación y queme los nuevos brotes. Todavía en muchos viñedos podemos ver cómo se prenden pequeñas hogueras durante la noche, para poder mantener la temperatura por encima de los cero grados y no arruinar la cosecha.
- Al igual que la savia se despierta, también lo hacen los animalillos del campo. Por eso, hay que estar alerta también de las plagas. Un buen tratamiento preventivo contra los insectos que pueden dañar la vid es fundamental para salvaguardar su salud, porque una vez llegan, se propagan como la pólvora y es mucho más difícil acabar con ellos. La mejor cura es la prevención.
- Después de todos estos cuidados, ya solo queda ver cómo los brotes se van abriendo y dan lugar a nuevas hojas, con un verde explosivo y llenas de vida para albergar al nuevo fruto.
Todo el proceso tiene su ritmo y sus necesidades. Ahora llega el momento de la foliación, cuando se forman los azúcares y los ácidos en las hojas de la vid… pero ese ya es otro capítulo que contemplaremos dentro de unos días. De momento, queridas vides, bienvenidas a la vida un año más.