De pueblo, pero sofisticado y con estilo.
Ya lo dijo el clásico: Qué descansada vida la del que huye del mundanal ruido y sigue la escondida senda… que conduce a esos hoteles rurales de máxima calidad en donde se mezcla la historia, el confort y la buena mesa.
Bueno, tal vez el clásico no dijera exactamente eso ya que citamos de memoria, pero todos estaremos de acuerdo en el mensaje. Y para que todos podamos disfrutar de esa vida descansada hemos explorado nuestras tierras en busca de cuatro lugares que harían las delicias de filósofo más sibarita que podamos imaginar, sea de la época que sea.
Aquí lo tenemos todo: Alojamiento de primera, entorno especial, servicio digno de un duque y una bodega que nos alegre la vida. O por lo menos unos descansados días.
Hotel Antsotegi.
Barrio Altzaa, 15. Etxebarría, Bizkaia. Tlf: 946 169 100
A medio camino entre Bilbao y San Sebastián, pero más cerca del mar y de la reserva de la biosfera de Urdaibai que de la autopista, se encuentra este lugar excepcional: una antigua ferrería medieval perfectamente rehabilitada para convertirla en un hotel lleno de encanto y sabor. Con mucho sabor. El hecho de utilizar una estructura centenaria ha hecho que no haya dos habitaciones iguales, lo que le añade personalidad al hotel. Muros de piedra, un sillón orejero en la biblioteca, todo genera un espacio acogedor del que resulta difícil salir. Sobre todo si pasamos al restaurante, donde se despliega una gastronomía casera y tradicional, con buena carne, mejor pescado y los productos de la huerta. Sin hacerle ascos a unas pizzas especiales. Si lo acompañas con un Campillo Crianza o un Niño de Campillo el placer está asegurado.
Posada Ignatius.
Plaza del Arco, 4. Navarrete, La Rioja. Tlf: 941 124 094
La Posada Ignatius ha visto pasar mucha historia por delante de sus paredes, que fueron levantadas en el siglo XV, cuando sirvió de residencia del duque de Nájera. Una cantidad ingente de peregrinos a Santiago han pasado desde entonces por allí y alguno habrá que recuerde la presencia durante cuatro años de Ignacio de Loyola, el fundador de los jesuitas y de quien toma nombre la posada. Aquí ahora se vive la experiencia de la historia, mientras se disfruta de la comodidad actual. En las bodegas del duque se disfruta de las creaciones del restaurante El Figón, que ofrece una cocina natural con productos de temporada con un toque muy actual. Estando en una bodega no pueden faltar algunas botellas de Fortius, que el Chardonnay ayuda a seguir en el Camino.
Can Carol.
La Font de la Reina, 5. Capellades. Barcelona. Tlf: 938 010 330
Más o menos en el mismo año en que Colón llegó a América se empezó a construir esta masía señorial que ahora vive una segunda vida con un aire contemporáneo que deja sentir la vitalidad de una historia de más de cinco siglos. Muy cerca de Barcelona y muy bien comunicada con el mundo exterior, este hotel de siete habitaciones ofrece, tras su reciente reforma, un ambiente minimalista pero en el que abundan los detalles. En el restaurante, que sólo abre para las comidas, se apuesta por una cocina de mercado que oscila entre las recetas tradicionales y ese punto moderno que ya se ha vivido en otros aspectos del hotel. La bodega reproduce esta dualidad y así encontramos diferentes referencias del Grupo Faustino que completan una experiencia gastronómica.
La Viñuela.
Ctra. Vélez-Málaga Alhama. Viñuela. Málaga. Tlf: 952 519 193
Aunque su nombre haga pensar lo contrario, la Costa del Sol no es sólo costa. A poca distancia de la playa, de las olas y de los yates se descubre la otra cara de esta Costa, la que nos habla de montaña, de valles y de una tranquilidad insospechada. El hotel Viñuela es el lugar para vivir esas sensaciones que surgen de la tranquilidad, la arquitectura, el entorno y el servicio. A orillas del embalse de la Viñuela, junto al parque natural Sierra Tejeda-Almijara, el hotel dispone de 37 habitaciones que nos hacen sentir en la gloria, además de la piscina, los jardines, el spa y los diferentes espacios gastronómicos.
El restaurante Los Naranjos es el eje del placer en la mesa y donde la cocina creativa mediterránea alcanza su apogeo. Hasta aquí llegan los mejores pescados de la costa, las carnes de la sierra y las frutas y verduras de los jardines casi tropicales de la Axarquía. Además dispone de una de las mejores bodegas de la comarca, en donde brillan con luz propia varias referencias del Grupo Faustino.
