Una forma de dar vida a un pueblo.
Puede que el vino requiera años para evolucionar, pero se lleva de fábula con el arte callejero más directo y moderno. Murales, graffitis y esculturas dinamizan la vida de un pueblo. Varios pueblos y sus correspondientes rutas han encontrado en esta herramienta plástica la manera perfecta de reflejar su cultura, su identidad y su amor por la tierra y el viñedo. Desde los visitantes hasta sus vecinos, pueden presumir de estar a la última.
Tubilla del Lago (Burgos) es una pequeña localidad de la Ribera del Duero donde destaca, en primer lugar, el vino. Y en segundo, la reunión de artistas que luchan por mantener las costumbres del lugar al tiempo que atraer nuevos pobladores. Además de su castillo medieval y la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, podemos imbuirnos de la tranquila y vitícola atmósfera de Jubila siguiendo la ruta de 14 murales cuidadosamente distribuidos por toda la geografía del pueblo. Una iniciativa llevada a cabo por José Luis Abajo Fernández (Porrillo), artista local que ha llamado a 12 artistas para plasmar la cultura del lugar. Nuestra Bodega Portia a menos de 10 minutos en coche.
Valdepeñas, ciudad del vino donde los haya, no podía dejar de lado esta cultura del graffiti relacionada con el buen vino. Casi todos ellos hacen referencia a los objetos y mitología básica de esta industria, desde la recogida de la uva u otros elementos. Hasta el punto de que también disponen de una ruta de murales, entre los que destacan los de Dresu inspirados en Antonio López y Gregorio Prieto. En la calle Real hay un trampantojo que simula dos grandes vasijas que dio el pistoletazo de salida a esta hibridación de culturas en la ciudad. Un lugar maravilloso para conocer los vinos y la cultura manchega.
Un viaje por la cultura del grafiti y el vino hace imprescindible nombrar a San Asensio. Esta localidad riojana huele a vino y nos traslada a la cultura más tradicional de sus bodegas en las cercanías del Ebro a hasta el atrevimiento de un mural que simboliza la pasión por el viñedo y su cultura. Sus dibujos se concentran en la calle Cuevas, donde se ha desarrollado un proyecto por parte del Ayuntamiento para reflejar de una manera moderna e inesperada la importancia de la cultura del vino en la economía y la vida cotidiana de San Asensio.
Dioniso, dios del vino, es precisamente el protagonista creando una interesante relación de la industria del municipio con la cultura clásica. El diseño incorpora la estructura de la legendaria fuente constituida en 1921, que queda integrada en el mural gracias a la habilidad de su autor. Si desde allí nos acercamos hasta Bodegas Campillo en Laguardia, la jornada enológica puede ser perfecta.
Una importante ruta graffitera es la de Ribera del Duero, donde participa no uno sino varios municipios como Aranda de Duero, Castrillo de Duero, Peñafiel, Olmedillo de Roa. Engloba decenas de murales realizados por distintos autores, y por tanto con varios estilos, técnicas y con distintas temáticas, siempre relacionadas – por supuesto – con la cultura del vino.