El sarmiento, la base de una buena brasa

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El sarmiento, la base de una buena brasa

La energía es la solución.

La vendimia ya está aquí. De sur a norte va quemando etapas de ese ritual mágico que se cumple todos los años. Desde agosto hasta octubre los viñedos de España van llegando al punto final del ciclo de la vid.

La cosecha puede ser mejor o peor, pero seguro que tenemos un rato para abrir una botella de vino y quejarnos de lo que pudo ser y reírnos con nuevos proyectos. Ahí es cuando llega el momento de darle a la parrilla. Que vivan las parrillas de sarmientos.

En el campo todo se aprovecha, y el resultado de la poda de la vid no iba a ser diferente. Los sarmientos son un combustible ideal para preparar unas parrillas rápidas, que, además, le dan un sabor muy campestre.

Hay muchos platos que son susceptibles de cocinar con sarmiento, solo es necesario coger un haz y ponerlo en la parrilla. Si es de segundo año, mucho mejor, estará más seco y mantiene mejor la brasa.


UNA RICA PAELLA DE MONTAÑA CON SARMIENTOS

El sarmiento, la base de una buena brasa

Gracias al cielo, las olas de calor parece que nos dan una tregua y qué mejor que aprovecharla preparando una paella veraniega, con su sarmiento incluido.

Las paellas hechas en brasa de sarmientos suelen ser más de interior que de costa. Los sabores agrestes de las tierras de interior mediterráneas están llenos de matorral aromático que alimenta conejos y caracoles.

Estos arroces son sencillos pero muy intensos. El tomillo, el romero y el sarmiento son su base. Para preparar estas paellas el dominio del fuego es lo fundamental. El sarmiento arde rápido e intensamente, con lo que hay que ser un gran experto para darle el punto al arroz. Eso sí, el espectáculo es tremendo. Paellas entre brasas y borbotones de aromas que emergen de ellas. Mediterráneo puro donde los vinos blancos de Marqués de Valcarlos puede ser una solución muy atractiva.


UNAS CHULETILLAS RIOJANAS CON MUCHO PODERÍO

El sarmiento, la base de una buena brasa

Lo primero, quemar la parrilla al fuego para limpiarla de la parrillada anterior y despejar cualquier tipo de suciedad. Preparar la brasa, abrir una primera botella de Marqués de Vitoria y arreglar el mundo mientras se reparte la brasa bajo la parrilla. En esta manera de preparar las chuletillas riojanas no hay ningún secreto, simplemente buen material, sal y a la parrilla. Lo mejor es no moverlas mucho, vuelta y vuelta, se le añade sal gorda y a comer.

Esta es una de las ceremonias preferidas del campo riojano, buen vino, parrilla y amigos. El pan se perfila atractivo y puede ser un buen complemento.


UNAS CALÇOTADAS TEMPRANAS

El sarmiento, la base de una buena brasa

Si bien no es tiempo de calçots, podemos ir entrenándonos con unas cebollas tiernas y puerros. Sí, lo sabemos, no es lo mismo, pero tampoco hay que despreciarlos. Para prepararlos, el mismo ritual que con los calçots.

Se hacen a la parrilla, pero no como las chuletillas. En éstas se utilizan las brasas y con los calçots, las llamas. De esta manera el vegetal se quemará por fuera y se quedará tierno y suave por dentro.Ya solo queda quitar la piel quemada y comernos su rico interior. Las brasas las podemos mantener y seguir con otras verduras a la parrilla. La berenjena, el calabacín, los pimientos rojos y amarillos y unos tomates siempre sirven para acompañar una botella de Portia Verdejo… que los días se van acortado y hay que disfrutar más.