Soluciones ingeniosas, para momentos inesperados.
Llegan invitados imprevistos, nos vamos de plan improvisado, un antojo de última hora… y no tenemos el vino a temperatura. Con el calor es complicado tenerlo todo en el grado justo. Poner un hielo a la copa no es la solución para muchos!
Muchas veces nos hemos visto en estas situaciones y lo único que se nos ha ocurrido es meter un rato la botella de vino en el congelador. Pues bien, no es muy recomendable. Que levante la mano al que no se le haya olvidado alguna vez la botella en el congelador y luego haya explotado.
Por esta razón, aquí van los mejores métodos para enfriar el vino en un momento.
En primer lugar decir que si el vino tinto lo mantenemos en un lugar a oscuras donde no sufra cambios de temperatura bruscos, normalmente estará en condiciones para descorcharlo sin más. Si está demasiado frío apenas se percibirán los sabores y los ácidos se acentuarán. Por el contrario, si está demasiado caliente, el alcohol se notará demasiado.
Y una vez dicho esto, lo mejor que podemos hacer para dar con la temperatura correcta.
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Agua helada con sal.
Llenar un recipiente tipo cubitera con agua, hielos y mucha sal. Se mezcla bien el agua con la sal y metemos la botella. En unos cinco minutos la botella estará enfriada. La mezcla de agua y sal absorbe el calor de la botella, y por su parte, el hielo enfriará rápidamente el vino. Rápido, sencillo y barato!
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Envolver la botella en papel húmedo y meterlo en el congelador.
Este método es para estar bien atento y además enfría muy rápido. Un papel de cocina o una toalla húmeda nos sirve para envolver la botella. Tanto el papel como la toalla se congelan rápidamente y transmiten el frío a la botella.
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Sumergirla en agua si estamos en el campo.
También conocido como el efecto sandía. Si bien nos vamos a pasar el día al campo, nos vamos a pescar cangrejos al río o nos damos un día a la navegación, con una cuerda atamos la botella a una piedra o a la quilla del barco y las tenemos bajo el agua. Cierto es que hay que tenerlas vigiladas y si hay mucho oleaje no hacerlo. También tenemos que asegurarnos de que la botella esté herméticamente cerrada, pero la temperatura del agua nos mantendrá el vino a su temperatura ideal.
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Las consabidas uvas congeladas.
No está de más tener siempre unas cuantas uvas congeladas en casa. Es un buen método para introducir en la copa de vino, que no se agüe la bebida y que adquiera la temperatura que queremos.
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Un enfriador.
Es obvio, un enfriador siempre es una buena manera de alcanzar los grados que queremos. Las típicas almohadillas que guardamos en el congelador o los enfriadores de acero inoxidable son un utensilio de lo más útil para tener en casa.
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Bolsas herméticas.
Las bolsas de congelación con cierre hermético también nos pueden servir para enfriar. Sirve para todo tipo de vino menos para espumosos, ojo. Se vierte la cantidad que queramos enfriar en la bolsa y se mete 15 minutos en el congelador. Listo y fácil. Estéticamente es horrible…. Pero hay gustos para todos.
