Sabores que no necesitan actualización
No sólo de marisco vive Galicia. Hay otra vida tradicional gastronómica, tal vez más de interior, que con los primeros fríos se quitan los complejos y luce su buena mesa con todo el orgullo del mundo.
Ahora, cuando ya refresca incluso de día, cuando hay bruma y se busca el calorcito, ¿quién se resiste a un cocido gallego? Un buen plato revive el cuerpo y el alma del comensal, que sale tonificado y sonriente de cualquier casa de comida por humilde que ésta sea.
Como buena receta popular tiene mil variantes dependiendo de las comarcas y, sobre todo, de lo que haya en casa en ese momento, pero lo ideal es que tenga sus carnes saladas de cerdo (lacón, oreja, morro, cachucha), gallina y tal vez carne de res, además de sus fabas (alubias blancas) y algunas hortalizas como grelos, berza, naviza y algunas más.
Una condición fundamental de un buen cocido gallego es que sobre, que quede para el día siguiente, cuando todavía estará más bueno. Aunque es la típica comida casera hay algunos restaurantes y casas de comida que hacen buenos cocidos y sus direcciones son hitos señalados en las carreteras secundarias gallegas. Visitamos algunos lugares memorables.
Casa Lodeiro
Gres, 14 ; Vila de Cruces, Pontevedra. Tlf: 986 583 581.
Casa Lodeiro es otra de esas direcciones míticas gallegas que fundamentan su bien ganada fama en el cocido. Muchos años de experiencia y satisfacción de los clientes así lo avalan y cada día hay más adeptos a este tipo de religión laica que se basa en adorar las recetas de la tierra. Aquí encuentran desde hace muchos años uno de sus templos más venerados. Si hace frío se empieza con un caldito, ligero y caliente, y se continúa con unas croquetas para compartir y así, con el cuerpo entonado, puede uno enfrentarse al cocido de toda la vida. Servirse y comerlo es un carrusel de sensaciones: chorizo y garbanzos, lacón y castañas, oreja y grelos, costilla y patata, filloas y cacheira… Qué gusto compartirlo con buena compañía y una botella de Faustino.
Casa Castro
Rúa Soto, 15 ; Vila de Cruces, Pontevedra. Tlf: 986 582 085
Una casa de comidas de las de toda la vida, en las que la variedad de oferta es limitada pero nadie echa en falta nada porque, si tienen lo que quiere, ¿para qué vas a buscar algo diferente? Aquí uno puede entretenerse con unas filloas rellenas de verduras con salsa de pimientos de piquillo o una tosta de pulpo con queso aunque tampoco conviene pedir muchas cosas si luego va a aparecer un cocido gallego de los que no se olvidan, de esos que te empañan las gafas cuando te lo sirven en el plato. Si por alguna razón queremos comer otra cosa siempre resulta apetecible una buena ración de gallo de corral o de bacalao al horno. Con una botella de Faustino todo sabe mejor todavía.
A Solaina
Av. Beiramar, s/n. O Grove (zona Puerto). Pontevedra. Tlf: 986 732 969
En la zona portuaria de O Grove, con el olor a mar entrando por la puerta, es normal que A Solaina se haya centrado en los pescados y mariscos que desembarcan a dos pasos. Bogavante, langosta, buey demar, centolla de la ría, zamburiñas, nécoras, mejillones, pulpo, calamares, merluza, rape, bacalao, además de arroces y algunas carnes forman el eje sobre el que rondan los comensales felices.
Pero una vez al año lo deja todo y la mesa se llena de producto del “marisco de interior”, es decir, el cerdo. A Solaina crea entonces un cocido especial cuya fama rebasa fronteras. Hay que estar pendiente de las fechas pero esa incertidumbre le añade morbo e interés al asunto. Siempre que vaya acompañado de una buena botella de Faustino no hay problema.