Pintxo-Pote

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Pintxo-Pote, tradición gastronómica a buen precio

Mucho antes de que existieran Facebook, Instagram y esas otras obras del diablo ya existían las redes sociales sólo que tenían otro nombre. En Euskadi, por ejemplo, se llamaba txiquiteo o ir de potes. Pero como las ciencias adelantan que es una barbaridad esta red social norteña ha evolucionado y ha obrado el milagro de crear una variante propia que se adapta con gran facilidad a los nuevos tiempos. Bienvenidos a la era del pintxo-pote.

Pintxo-Pote

Pero, bueno, ¿en qué consiste eso del pintxo-pote? Pues en tomarse un pintxo y un pote, como toda la vida, pero con unas características especiales. Lo primero que define este nuevo concepto gastronómico y social que está cobrando auge en los últimos años es que esa combinación tiene un precio inferior al habitual. Sin embargo, para aprovecharse de esta oportunidad hay que tener en cuenta varios detalles. Primero, es que no se puede tomar cuando se quiera. La hora del pintxo-pote lo marca el establecimiento – normalmente por la tarde, a partir de las 19:00 h en días no festivos – y por tanto puede variar de un bar a otro o de un barrio a otro.

Otra de las limitaciones es que no se puede pedir cualquier bebida o comida, sólo las que se incluyen en la promoción. Además la tapa que se incluye en esta oferta puede ser más pequeña de lo habitual. El pintxo-pote tomó fuerza en los años de la crisis como una manera de continuar con la costumbre del txiquiteo pero de una manera más económica. Una especie de adaptación de la “hora feliz” al concepto de ir de potes.

Pintxo-Pote

Al principio la oferta era bastante reducida: un par de bebidas para elegir y dos o tres pintxos para escoger en una serie muy limitada de locales. Pero el concepto tuvo un éxito rotundo y ahora el panorama es muy diferente: podemos decir que una mayoría de bares y restaurantes se ha subido al carro del pintxo-pote y ahora ofrecen un buen surtido de bebidas y pintxos para disfrutar de la vida con amigos a buen precio.

El hecho de que sea una oferta a ciertas horas de un determinado día de la semana (normalmente jueves y/o viernes) en algunos locales ha hecho que se creen verdaderas rutas del pintxo-pote y ya casi todas las localidades vascas tienen sus itinerarios marcados, muchos de ellos descritos por los propios folletos de las oficinas de turismo. Lo bueno es que incluso los restaurantes más afamados y reconocidos participan de esta iniciativa y se abre así la posibilidad de hacer verdaderos descubrimientos o gozar a buen precio de esas maravillas que ya conocemos desde hace tiempo.

Se puede hacer un recorrido por el País Vasco en busca de la ruta perfecta del pintxo-pote. Algunos lugares que no hay que perderse son:

Pintxo-Pote 

San Sebastián. Si se habla de pintxos, ahí está Donostia. La capital guipuzcoana es un referente en estos aspectos sagrados de la vida. El día más habitual es el jueves, cuando participan al menos 200 bares en esta fiesta gastronómica, pero hay muchos locales que también la ofrecen otros días. La cosa va por barrios, de manera que el miércoles es posible darse un festín en el barrio del Antiguo, el sábado en Altza y Larratxo y martes y viernes en Amara. No hace falta decir que el jueves la ciudad entera pero sobre todo el barrio de Gros se entrega sin reparos al pintxo-pote. En alguno de sus establecimientos encontramos referencias a Fortius y Marqués de Valcarlos.

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Vitoria. En Vitoria ha tenido tanto éxito este concepto que se han creado rutas específicas para cada día de la semana. El miércoles por Olaguíbel; el jueves (día grande) hay para elegir entre Zabalgana, Salburua, Judimendi, la Virgen Blanca, la Gorbea, Arana, etc.; los viernes hay que ir por San Martín o Zaramaga. Hay opciones de pintxo pote a un euro, a euro cincuenta o dos euros, dependiendo de la calidad del pintxo y la bebida. Los vinos de Marqués de Vitoria los encontramos en un buen número de establecimientos

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Bilbao. Bilbao no podía permanecer ajena a esta corriente y también se puede organizar uno por barrios para disfrutar sin tener que desplazarse mucho de un bar a otro. El Casco Viejo es uno de los centros neurálgicos pero hay más zonas: Deusto, Pozas, Diputación, Ledesma y Guggenheim son terrenos propicios para exploraciones en profundidad, sin olvidarnos del cercano Santurtzi. Referencias a los vinos Art Collection de Bodegas Faustino y Portia acompañan las reuniones después de un duro día de trabajo.