Cinco recetas de patatas y buen vino

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Cinco recetas de patatas y buen vino

Manjar de dioses,  alimento de humanos.

«Papa te llamas, papa y no patata, no naciste castellana…»  qué tendrá este tubérculo que hasta Pablo Neruda le dedicó una oda… Esta gran protagonista de las huertas es humilde, ha salvado de la hambruna a generaciones enteras, está en todas las mesas y barras de bares y, aún así, no nos cansamos de ella. Al contrario  pocos humanos hay sobre la tierra que no la amen.

Y después de los excesos de las Navidades y de tanta pata de cangrejo real, nuestro corazoncito vuelve a la tierra. Lo que ahora apetece es un buen guiso de patatas, una tortilla casera o unas simples y siempre deliciosas patatas fritas.


Cinco recetas de patatas y buen vino

RECETA 1. – las mejores patatas fritas del mundo.

La patata frita, cuando está bien frita, es uno de los mayores manjares que hay sobre la tierra. Acompañadas de carne, pescado, huevos… o simplemente en un cucurucho con sal y pimienta resulta una comida deliciosa.

La manera perfecta para que queden en su justo punto es que queden crujientes por fuera y jugosas y cremosas por dentro. La mejor patata para freír son las Kennebec y la Monalisa. Hay que cortarlas en varitas de 1 centímetro de ancho y 5 de largo aproximadamente. Importante, remojarlas y así eliminar parte del almidón, no más de 15 minutos. Después hay que freírlas en dos sartenes. En la primera ponemos el aceite a 140 grados durante 8 minutos y en la segunda las doramos a 190 grados durante 5 minutos más. Un poco de sal, voilá… las mejores patatas del mundo. Si son acompañadas  por una copa de Fortius blanco fermentado en barrica podemos tener una tarde perfecta.


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RECETA 2. Patatas revolconas que resucitan a un muerto.

Este sencillo plato castellano es el mejor antídoto para el frío pelón que hace en la meseta o en las montañas de Ávila. Patatas, torreznos y la alegría del pimentón hacen una receta sencilla y deliciosa.

Se cuecen las patatas con sal y laurel. Se doran ajos, se fríe el torrezno, se añade el pimentón y luego en ese aceite se echan las patatas. No puede ser más sencillo… un buen vino para acompañarlas y el aperitivo es perfecto para los días de invierno. Los tintos de Portia saben mucho de este producto…


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RECETA 3. Patatas a la importancia.

Dicen que las patatas a la importancia es un plato de postguerra… Después de la tristeza de las patatas a lo pobre o las patatas viudas, a este plato se le dio el homenaje pertinente y alcanzó el puesto que merecía, como plato principal.

Básicamente son unas patatas cortadas en rodajas, rebozadas con huevo y harina, fritas, y con una salsa hecha a base de agua, leche, ajo y perejil en donde se dejan cocer hasta lograr una salsa espesa y suave. Hay quien le añade cebolla y cuece las patatas antes en caldo de marisco para darle más sabor. Un almuerzo con amigos en los cameros con una botella de Campillo Rosado es un planazo.


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RECETA 4. Patatas rellenas.

La patata es muy agradecida, cualquier cosa que se le eche, le va bien. Para rellenarlas tenemos para todos los gustos, desde las americanas potatoes skin con queso y bacon, hasta las rellenas de foie, y las más sorprendentes, rellenas de sobrasada… una mezcla fabulosa… Se vacían las patatas, se mezcla la sobrasada con un poco de miel y se cubren con queso para fundir… contundente es, y rica también. Primero lo prueba y luego hablamos. Las podemos acompañar con un Tempranillo Condesa de Leganza.


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RECETA 5. Patatas guisadas.

De entre todos los guisos de patata, el primero que se nos viene a la cabeza siempre son las patatas a la riojana… con su chorizo, sus costillas y sus verduras, son uno de los platos principales de la gastronomía española… pero como ya le hemos dado mucho al torrezno y a la sobrasada, para este guiso nos decantamos por unas patatas guisadas con sepia, ligeras y sabrosas.

Ese aroma marinero que dan estas patatas al guisarse abre el apetito de cualquiera. Cebolla, perejil, tomates, ajo y un buen chorro de oporto… todo esperando a que la sepia se deje cocer y al final añadimos las patatas. Un truco: cuando le queden unos cinco minutos para terminar, machacamos un diente de ajo con un puñado de almendras y lo añadimos a la olla… le da un punto genial! Acompañadas con un blanco Marqués de Vitoria lograremos el súmmum del deleite.