La calidad nunca sobra
Es un buen momento para hablar de asados. Los asados son platos muy fáciles de preparar, resultones y con un cocinado que conserva las propiedades nutricionales de los alimentos y no añade calorías vacías. Además son perfectos para las celebraciones navideñas.
Todos sabemos que si a un asado le echamos un chorrito de vino, el plato se enriquece, pero hay que ir quitándose la idea de que cualquier vino sirve. Normalmente el vino que utilizamos para guisar es el que nos ha sobrado, el que está un poco picado o directamente compramos el más barato. Error. Hay que perderle el miedo a usar un buen vino para guisar. La diferencia en el resultado no tiene color, y nuestros estómagos lo agradecerán.
COSTILLAR DE TERNERA ASADO A BAJA TEMPERATURA INYECTADO DE VINO TINTO
Las costillas a la brasa o al horno son una verdadera delicia. Pero con esta receta, ya se convierten en sublimes. El truco está en inyectar la carne antes de meterlo en el horno con una salsa hecha a base de vino y especias. La idea de un Portia Tinto Roble, puede ser muy estimulante.
Preparamos en una sartén un poco de mantequilla, doramos ajos, añadimos el vino tinto y comino, romero y pimienta. Con una jeringuilla le vamos metiendo esta salsa por toda la carne y lo metemos al horno a 120 grados durante dos horas. Al final subimos la temperatura del horno para dorarlas y plato 10 terminado. El costillar está más contento y el cocinero tiene un rato para rellenar la salsa que se evapora…
RAPE ASADO CON VINO TINTO
Los pescados siempre aceptan mejor los aromas suaves y frescos de los vinos blancos, pero algunos de ellos como el rape admiten a la perfección los vinos tintos.
Esta receta es sencilla, primero hacemos la salsa con unas verduras en juliana (las que tengamos por casa), AOVE y las espinas del rape. Se rehogan, se añade harina, brandy, vino blanco y vino tinto. Se deja cocer unos 10 minutos y se pasa por el chino.
Podemos hacer también para acompañar una crema de patatas, simplemente cociendo las patatas y aplastándolas con un tenedor con Aove, sal y pimienta.
Llega el turno del rape. Doramos a la plancha los medallones y los metemos al horno unos 10 minutos. Ya lo tenemos todo, solo hay que emplatar como más nos guste. Por supuesto que podemos seguir bebiendo un vino tinto. ¿Una idea? Marques de Vitoria Tinto Crianza.
PICHONES MACERADOS EN VINO ASADOS AL ESPETO
Los pichones tienen una carne de las más delicadas dentro del mundo de las aves. El macerarlos con vino no es para ablandar su carne como puede pasar con el pavo, sino simplemente para perfumar su sabor. Gran idea de los cocineros castellanos que vuelve a estar de moda en los restaurantes de caza.
Para la maceración calentamos vino con canela, laurel y tomillo, y dejamos macerando los pichones un día. Cuando vayamos a cocinarlos en las brasas preparamos una salsa para untar con aceite, ajo dorado, perejil, romero y vinagre de Módena. Según se va dorando el pichón, a fuego bastante fuerte, le vamos pincelando con la salsa para que quede una costra crujiente. Buenísimos realmente y difícil de afinar con el punto de la carne para cada comensal.
GALLO AL VINO
El gallo es una carne muy sabrosa pero un tanto trabajosa a la hora de cocinar. El pitu de calella asturiano es uno de los más potentes y estofado con vino tinto tiene un sabor insuperable.
El gran Nacho Manzano ha creado una legión de seguidores para este producto. Marinamos el día anterior con vino tinto, zanahorias, cebolla, ajos y un bouquet de romero, laurel, tomillo, añadimos clavo y pimienta negra. Metemos los trozos de gallo en una bolsa para congelar con todos los ingredientes y lo dejamos un día.
El día del cocinado doramos los trozos de gallo, los reservamos y en la misma olla pochamos las verduras marinadas. Se añade el gallo de nuevo, un vasito de brandy y el líquido de la marinada. Se pone todo a cocer en el horno durante dos horas y media a 170 grados. Y ya solo nos queda disfrutar de estos asados, con una copa de Campillo Reserva Tinto, por supuesto.
