Una pasión marcada en la piel
El amor por el vino nos puede llevar a hacer cosas increíbles. Esta bebida nos ha acompañado en cientos de comidas y cenas desde que tenemos uso de memoria. Los artistas llevan retratando copas de vino en sus cuadros desde hace siglos, ya que nuestros antepasados disfrutaban tanto como nosotros de su sabor. El vino ha estado asociado a la divinidad, pero también al regocijo, la pasión y la elegancia.
Sin embargo, hay quienes piensan que no es suficiente con beberlo, sino que también quieren llevarlo para siempre marcado en su piel. Los tatuajes son una de las mejores maneras de rendir tributo a las cosas que nos gustan. Nos permiten expresarnos y mostrar algo de nuestra personalidad. Para un verdadero aficionado a esta bebida no son una demostración de excentricidad, si no de buen gusto.
Hay quienes prefieren añadir un poco de modernidad al vino, y no hay mejor demostración que este tatuaje. Para aquellos que prefieren salirse del estilo clásico, pero aún así no quieren perderse la experiencia de llevar marcada su bebida favorita con los colores más brillantes, podría ser un buen ejemplo. ¡Nos vemos en el infierno!
Al igual que a algunos les apasiona ver las uvas crecer y no perderse cada una de sus fases, otros se decantan más por conocer el mundo de las barricas. Los distintos tipos que existen, el tiempo que se guarda el vino en ellas y el hecho de cómo lo almacenan las bodegas son datos muy curiosos que los verdaderos amantes de esta bebida quieren conocer.
No todos los diseños tienen por qué llevar el contorno de las uvas o de las copas de vino. El premio a la originalidad se lo llevó la persona que decidió tatuarse un sacacorchos en el brazo. Son muchos los momentos que hemos pasado descorchando nuestras botellas y pensando en deleitarnos con el sabor de la sustancia que contiene en su interior, ¿se os ocurre una mejor ideal para homenajear este instrumento?
Ahora es el momento de decidir si harías lo mismo para que nadie te vuelva a preguntar si realmente te gusta el vino. Lo mejor es que la tradición de hacer culto a esta bebida nunca pasará de moda.