Restaurante Batzoki, arte, creación y calidad en Laguardia.
Se acabó la vendimia! Posiblemente, ahora es la mejor época del año para visitar cualquier zona de viñedos. Las viñas se tiñen de rojo y amarillo. El campo transmite paz y tranquilidad. Es momento de juntarse con los amigos y sentir el calor de la amistad. Estamos de vinos y hay que buscar un lugar de calidad.
Si además el entorno es bonito… el plan es perfecto. Laguardia es una de las mecas de los amantes del buen vino. Un pueblo con mucha historia que contar y muchos atractivos que ofrecer. Está custodiada por la Sierra de Cantabria y rodeada de viñedos, como si de un pueblo de La Toscana se tratara, pero con puro sabor alavés. Las calles empedradas, las arcadas, las iglesias y las bodegas subterráneas le imprimen un carácter único y la convierten en un destino de fin de semana perfecto.
En pleno casco histórico, en su calle Mayor está Batzoki, uno de los locales de referencia para todo visitante que se deje caer por este pueblo amurallado. Fue en 2005 cuando abrió sus puertas y desde entonces no ha dejado de satisfacer gustos y paladares.
Julio es el motor de este local y su carta el principal reclamo. Pamplonica de nacimiento, barcelonés de cría y riojano de formación, ha encontrado en Laguardia el lugar perfecto para desarrollar su manera de entender la cocina.
Cocina casera, que es lo que todo el mundo busca en una escapada rural sofisticada, pero con un toque de platos creativos y sugerencias de temporada. El segundo punto que lo hace atractivo es la extensa variedad de pinchos, tapas, bocadillos y raciones para chatear.
Los pimientos de cristal asados, tan populares en esta tierra, tienen un sabor a leña que hace que el gusto se impregne del delicioso ambiente otoñal del tiempo de vendimia. Y la menestra es uno de sus platos estrella, no es de extrañar en una tierra con huertos de la categoría de La Rioja. Entre vino y vino de Campillo, que para eso son vecinos, cae una Lasaña de Calabacín, jamón y Pisto, o su Pastel de hongos y queso. Y para cerrar “un cojonudo”… Otra manera de entender la patata. Y para rematar, un buen postre que todo el que se acerque a territorio vasco tiene que probar; el gotxua.
Si llegamos a primera hora, sus desayunos también son un referente. Completos y suculentos para tomar mientras se lee la prensa en su rincón de lectura. Un rincón acogedor mientras se respira el olor a café que está saliendo constantemente.
Para los que viajan con niños también ofrecen en su carta suculentas propuestas cómo las famosas zapatillas de jamón: pan de hogaza a la plancha, aceite de oliva virgen extra, tomate, ajo y un jamón de bodega exquisito. Esto abre el apetito de cualquier nacional y foráneo que se precie. Tienen varios menús también para todos los gustos. El menú chuletón, el especial gourmet y menús especiales para grupos, y todos por menos de 30 euros. La frase de “Ame como beba y ría que la vida son dos días” se cumple con las ideas de Julio.