Pasiones y asesinatos con taninos y retrogusto
La novela negra y la enología están de moda. No es raro, por tanto, que los caminos de ambas se encuentren a menudo. Y no hay que remontarse a mediados del siglo XIX, cuando el norteamericano Edgar Allan Poe creó una de sus obras maestras, El barril de amontillado, para encontrar grandes historias en las que se unen el mundo del vino y algunos aspectos turbios de la conducta humana.
En los últimos años han aparecido muchas novelas que utilizan el mundo de las bodegas, los enólogos, las buenas botellas y el ambiente que rodea todo este universo, para servir de marco a la creación de buenas historias de novela negra. Pasiones, amores, rivalidades y algún que otro asesinato con taninos, retrogusto y aromas frutales, cuero y vainilla.
Estos escritores, qué ocurrencias tienen.
A la luz del vino, de Carlos Ollo Razquin. Editorial Erein Argitaletxea
Una de las últimas apariciones en las librerías españolas es esta A la luz de vino, que nos lleva a tierras navarras en busca de un misterio o, probablemente, dos. Aquí tenemos un caso desgraciado: el enólogo de bodegas Señorío de Otazu aparece muerto en lo que parece un lamentable accidente. El proceso de fermentación de la uva genera dióxido de carbono, un vapor tóxico inodoro que puede causar la muerte por envenenamiento. Normalmente no tienen consecuencias por el sencillo truco de la ventilación de las instalaciones. ¿Es posible que un prestigioso enólogo no lo tuviera en cuenta y muriera de esa manera? Ahí aparecen el inspector Faustino Villatuerta y el subinspector Javier Erro para hacerse cargo de la investigación. Este caso se entrecruza con otro que investiga Nerea Villatuerta, hija del primero y ex novia del segundo, lo que añade una buena cantidad de tensión a la investigación. Como curiosidad cabe decir que Señorío de Otazu es una bodega que existe en la realidad, y todos esperamos que nunca se vea envuelta en un caso semejante.
El porqué del color rojo, de Francisco Bescós. Editorial Salto de Página
En esta ocasión cambiamos los viñedos navarros por los riojanos, y otra vez para nada bueno. Es temporada de vendimia y el ajetreo es constante, con miles de trabajadores afanándose en la recolección de la uva. Como fiel reflejo de la época, en la novela hay braceros e diferentes orígenes, de multitud de países. Y en ese momento concreto del año, cuando todo el mundo está más ocupado, alguien hace una llamada al cuartel de la Guardia Civil de Calahorra: en un viñedo cerca de Aldeanueva de Ebro ha aparecido el cuerpo sin vida de un trabajador.
O, lo que a primera vista, parece el cuerpo de un bracero originario de algún país de la Europa del Este, porque probablemente no sea así. El caso cae en manos de la teniente Lucía Utrera, que poco a poco se va dando cuenta de que se enfrenta a una trama compleja en la que aparecen involucrados muchos personajes, desde los propietarios de la bodega y algunos personajes más que no vamos a revelar aquí. El porqué del color rojo ganó en abril el Premio Pata Negra a la mejor novela de género negro publicada en el año anterior. El éxito ha llevado al autor a imaginar otras historias con los mismos personajes en el mismo ambiente.
Muerte entre los viñedos, de Jean-Pierre Alaux y Noël Balen. Editorial Maeva
Poco a poco se van empezando a publicar las traducciones de algunos libros de la serie La Sangre de la Viña, que sirvió para la creación de una serie televisiva francesa. En esta historia, un matrimonio de septuagenarios aparecen muertos, probablemente estrangulados, en su cama. Poco antes de su muerte habían pedido a un experto enólogo su valoración sobre una importante cantidad de exquisitos vinos de Sauterne.
El caso es que no sólo ha muerto la pareja de bodegueros sino que las valiosas botellas han desaparecido, así que empieza la investigación, en la que, además de la policía local, intervienen otros personajes. La editorial Maeva también ha publicado La misteriosa botella de Petrus, que forma parte de la misma colección.