Siluetas de vidrio.
Provenzal, Borgoña , Bordelesa… Cada vino que se precie tiene su propia silueta. Las formas de las botellas hablan de las cualidades de sus vinos, de su cuerpo, su estructura. Pueden evolucionar las modas, pero los clásicos tienen un valor añadido.
Cada región productora de vino ha ido desarrollando distintas formas a lo largo de los años para embotellar sus vinos. Bocas, golletes, cuellos, hombros, cuerpo y culo son las partes comunes e imprescindibles para ser considerada una botella de vino. Las distintas formas y las características del vino son las que las diferencia.
- Empezamos por la más popular. La botella de Burdeos, la bordelesa. Esta es la botella más utilizada en el mundo. Tiene los hombros con muy poca inclinación y con cuerpo cilíndrico. Este tipo de botella lo utilizan las bodegas que elaboran vinos estructurados, con cuerpo como por ejemplo los Ribera de Duero. Su capacidad es la estándar de 750 ml.
- La botella de champagne tiene los hombros más caídos y con las paredes más gruesas para resistir la presión del carbónico. Existen algunas variaciones.
- Ahora vamos a por la siguiente más popular, después de la bordelesa, la botella borgoñona. Este es el tipo de botella más antiguo desde que se dio la revolución en la fabricación industrial de las botellas de vino. Al igual que la de champagne los hombros son más largos y de mayor inclinación. Esta forma nos habla de vinos elegantes, aromáticos y frescos, como los vinos de la Borgoña.
- La botella jerezana es la típica de los vinos generosos andaluces. Es parecida a la bordelesa pero más ancha, con el cuello más largo y con una base más robusta.
- La botella de los vinos dulces también se basa en la estructura de la bordelesa, pero mucho más estrecha y con cuello más estilizado. Como queriendo ayuda a dulcificar el consumo.
- La botella del Rhin. Esta botella es más utilizada para los vinos blancos como los Riesling alemanes. Con una forma más fluida y sin grandes ángulos.
- La botella provenzal está casi en desuso, pero es una botella parecida a la bordelesa, aunque tiene un estrechamiento en su cuerpo para facilitar el manejo a la hora de servir.
- Otra de las que ya no se utilizan casi es la botella franconia. Es esférica, y baja, muy parecida a las primeras botellas de vidrio que se utilizaban en el siglo XVII.
- Y por último están las botellas “joya”. Estas botellas son diseños exclusivos que las bodegas utilizan para sus vinos especiales o para ediciones limitadas. Algunas son botellas de colección.
Por encima de las formas están los tratamientos y los colores de las botellas. Modas y tendencias se han convertido en una apuesta de algunas empresas. Lo clásico nunca falla. Por eso la botella de Faustino I se ha convertido en un referente de la bodega y de la marca.