Es tiempo de legumbre.
Hay quien desea que llegue el frío y el invierno única y exclusivamente para comerse un buen plato de cuchara bien caliente. No podemos criticar esa opción de vida porque la aceptamos y compartimos plenamente. Hay quien recorre muchos kilómetros en busca de un plato de cuchara, incluso los hay que suben a pueblos de montaña para sentir más el frío y tener más ganas todavía de disfrutar de un plato humeante. En este invierno buscamos tres platos emblemáticos, uno para cada mes, con los que disfrutar y sentir que el mal tiempo en realidad no existe, sólo hay mala ropa y comida poco convincente.
Cocido madrileño
El cocido es una de esas maravillas gastronómicas que necesita un apelativo para saber de qué hablamos ya que acepta una inmensa cantidad de diferentes ingredientes y siempre se sigue llamando cocido. Depende de dónde nos encontremos el cocido adopta unos u otros, completamente distintos de los que se incluyen unos kilómetros más allá.
El cocido madrileño es una de las variantes más conocidas y deliciosas, al nivel de otros muchos más que encontramos en los bonitos pueblos de la geografía de España. Garbanzos en remojo de la víspera, carnes variadas (morcillo, tocino, jamón, gallina, chorizo…), algún trozo de hueso, además de patata, berza, zanahoria y alguna verdura más, y tenemos una de las delicias de la vida. Un plato así necesita un vino a la altura y una botella de Marqués de Vitoria Reserva, cálido, intenso y persistente, ideal para disfrutar de la buena mesa.
Patatas a la riojana
Las patatas a la riojana no es sólo uno de esos platos que nunca fallan, que hay muchos así, sino que es el que probablemente alcanza las mayores cotas de exquisitez con menos elementos y siendo estos los más económicos. Patatas, chorizo fresco, cebolla, ajo, pimientos verdes y choriceros y un poco de aceite de oliva, laurel y sal. Nadie va a arruinarse con estos ingredientes pero todos van a querer repetir y comerse otro plato. Se rehoga la cebolla y el pimiento verde y luego se le agrega todo lo demás, con las patatas cascadas para que queden irregulares y luego espesen el caldo. Hay quien le pone una guindilla. El consejo de la abuela es que, cuando se crea que las patatas ya estén blandas, se siga con la cocción unos minutillos más. Un plato que sienta muy bien cuando hace frío. Al ser a la riojana pide a gritos un buen rioja, y para triunfar una apuesta segura es un Campillo Raro Finca Cuesta Clara, potente, sabroso y un poco especiado.
Lentejas
Las legumbres son, por derecho propio, una de las reinas del invierno. En realidad deben serlo de todo el año pero con el frío no hay excusa. Las lentejas son fáciles de preparar, no hay que acordarse de dejarlas en remojo la víspera, y quedan bien con lo que se tenga en la despensa. Se puede hacer con costillas, con chorizo y morcilla o con panceta, pero también vale con carrilleras, morro o, incluso, con rabo de toro. Hay que poner algo de verdura, tipo cebolla, puerro y zanahoria, y el apio le da un toque muy agradable. La patata le da consistencia y el pimentón aroma y color. El tomate es opcional. Las lentejas son tan versátiles que si quieres cambiar le pones curry y entras en otra dimensión. Y si lo acompañas con un Portia Prima La Encina, cálido y sabroso, ya alcanzamos las estrellas.
