El poderoso valor de una etiqueta
El icónico vino que nació en los años 60 se homenajea este año con una etiqueta exclusiva a su creador, Don Julio Faustino Martínez. Legado de Don Julio es el reconocimiento al creador de Faustino I Gran Reserva y al sueño que le hizo colocar a Bodegas Faustino en el pódium de los Rioja en el mundo.
Faustino I Gran Reserva vio la luz en 1968. Como buen hijo del baby-boom en poco tiempo se convirtió en el Rioja más consumido en el mundo, y todo fue gracias a la ilusión y al empeño de la tercera generación de las Bodegas Faustino, Don Julio. Él fue el artífice que llevó a Faustino I Gran Reserva a disfrutarse en más de 140 países y que cada 1000 botellas de Rioja que se venden en el mundo, 30 son Faustino I.
Los viñedos de Oyón y Laguardia son el punto de partida de este vino con los tres tipos de uvas que conforman su coupage, Tempranillo, Graciano y Mazuelo desde que Don Julio lo creó. Su amor por el arte le llevó a ponerle cara al vino a través de un retrato pintado por Rembrandt, y de paso, revolucionó la imagen de los vinos. Pasado más de medio siglo, sigue siendo de los más reconocidos.
Por este motivo, el mejor homenaje que se le puede hacer a su creador es a través de su etiqueta. Este año todas las botellas de Faustino I Gran Reserva llevarán una botella exclusiva y diferenciada, con un nuevo papel más natural y suave al tacto, convirtiendo la etiqueta en una etiqueta sensorial.
Los detalles que la nueva etiqueta son sutiles pero importantes. El retrato se integra de una manera más armónica, con forma redonda y el trabajo de estampación a modo de orla. La cápsula clásica Faustino I, es en color verde lacre.
El collarín con forma de vitola recuerda a la que se coloca en los cigarros puros, costumbre de fino fumador como era Don Julio. La etiqueta tiene más marcados los trabajos de relieves y bajo relieves para darle un aspecto neoclásico. Una etiqueta homenaje a Don Julio F. Martínez, 3ª generación y creador de Faustino I.
Una ocasión única para los amantes del coleccionismo y, por supuesto, para descorchar una botella de Faustino I Gran Reserva y brindar por los grandes momentos que la vida nos depara.