Un producto que se revaloriza en cualquier momento.
Seguimos con los homenajes a los días internacionales. Se acerca uno de los buenos de verdad. El Día internacional del Queso, 27 de marzo. Más de 2000 variedades de queso distintas en el mundo y unas 200 que se elaboran en España. Un alimento con más de 8.000 años de antigüedad y, además, uno de los mejores compañeros del vino.
Dicen que el queso nació en Mesopotamia. Dentro del templo de la diosa de la vida se encuentra La Lechería, un friso que es el primer documento gráfico donde se representa la producción del queso.
Desde entonces ha formado parte de la alimentación del ser humano en casi todo el mundo. Curiosamente, en Asia, en países como China el queso no existe prácticamente, debido a la intolerancia a la lactosa que tiene la mayoría de la población adulta.
Pero dejando estas curiosidades aparte, el queso se merece un día y por todo lo alto. Y como somos fans incondicionales del queso, vamos a dar un repaso por los quesos que mejor combinan con nuestros vinos.
QUESOS MANCHEGOS
Los quesos manchegos son sin duda de los mejores del mundo. El queso manchego de oveja propio de Castilla-La Mancha, con su exterior amarillo y su interior blanquecino, y ese aroma que lo caracteriza, es uno de los mejores compañeros de viaje del vino. Un poco de queso, pan con AOVE y una copa de vino es sin duda un gran almuerzo o un delicado aperitivo de media mañana.
Los blancos secos van bien con él, los tintos, también, y para demostrar su carácter universal, incluso el Cava Faustino Extra Seco marida a la perfección con el manchego.
TORTAS CREMOSAS
Las tortas del Casar, de la Serena, los de cuajo vegetal canarios, e incluso los cremosos de Cantabria son quesos que admiten perfectamente un vino tinto con cuerpo, vigoroso y con buen aroma. Los tintos de Rioja, Navarra y Ribera del Duero, Crianzas o incluso Gran Reserva le dan un punto de contraste a estos quesos, bien de oveja o de vaca, que potencia sus matices.
Estos quesos también están muy condicionados por el tipo de pan o snack con los que se tomen. La apuesta de panes integrales y con harinas muy poderosas ayudan a cualquier tipo de cata. La idea de un Marqués de Vitoria Reserva como compañero puede ser perfecta.
QUESOS AHUMADOS
Los quesos ahumados como el San Simón, el Idiazábal, el Quesuco de Liébana, el Applewood, el Rauchkäse están muy de moda en España y en el resto de Europa. Son intensos y sutiles.
Tan aromáticos a veces que provocan toda clase de reacciones. La lista de quesos ahumados es larga y deliciosa. Estos quesos de sabor y retrogusto intenso, casan como anillo al dedo con los tintos crianza, con suave aroma de barrica, para hacer de su unión un bocado peculiar y excepcional. Tanto blancos como tintos puede alargar el momento de placer. Probar con el Campillo Crianza y con el Campillo Blanco Fermentado en Barrica son opciones muy interesantes.
LOS SEMICURADOS
Muchos tipos de queso tienen su versión semicurada. Una maduración de 30 días a tres meses les da un sabor suave pero sabroso, con una apreciación del sabor a leche presente en estos alimentos. Su gusto láctico y los toques ácidos le hacen compañero de los Rosados de Fortius o el Cava Faustino Rosado, que son un comodín para este tipo de producto. Gouda, Emmental, Cheddar, Gruyere… Una nota delicada para los tonos frutales del rosado.
LOS FRESCOS
Bien sean de vaca, oveja o cabra los quesos frescos tienen su legión de adeptos. Un fresco de cabra, bien aromático, o un Cebreiro, con ese toque ácido tan característico, maridan con los blancos jóvenes y aromáticos. Una copa fresca de Verdejo y unas lascas de queso de Cebreiro es un bocado casi lujurioso. Una botella de Portia Verdejo puede ser una gran solución.