La combinación de peli y vino se antoja siempre apetecible. Hay películas que por su temática ya nos incitan desde el primer momento a descorchar una botella, otras que nos apetece ver una y otra vez y ya resulta un momento casi familiar el darle al play y servir la copa, y otras que, si no nos relajamos un poco, son difíciles de entender. En muchos caso es un tema de predisposición. Aquí tenéis algunas de nuestras favoritas
para disfrutar en casa con una buena copa de vino en la mano. Si no os gustan tenemos otras.
Encadenados
Una cena rica, dos copas, un reserva y toda la noche para ver películas en blanco y negro, una de las actividades más placenteras que se pueden tener en casa propia o en ajena.
Encadenados es uno de esos clásicos que nunca deja de sorprendernos, por más que la veamos. Hitchcock, Cary Grant e Ingrid Bergman. Una bodega de Borgoña, espías y nazis… ¿Alguien se puede resistir a este coctel explosivo? Yo no.
Un dato muy curioso es que las botellas de vino que salen en la película dicen ser de la bodega francesa Pommard de Borgoña, añada de 1934. La bodega es real, Chateau de Pommard, la añada ya es licencia del director.
Entre copas
Empezamos por la obviedad más obvia. Entre Copas. Esta comedia de 2004, archiconocida entre los amantes del vino, es la primera que se nos viene a la cabeza a la hora de apetecer descorchar una botella.
La defensa que hacen de la Pinot Noir durante toda la película, los viñedos y la pasión de sus protagonistas al hablar del vino, la hacen la mejor candidata del año para ventilarse una botella mientras disfrutamos de los elocuentes diálogos de sus personajes. El guión tampoco se puede dejar de lado, por lo que merecidamente se llevó el Oscar al mejor guion adaptado de una novela.
Es la película ideal para una tarde de domingo. Por supuesto, las ventas de Pinot Noir subieron después del estreno.
El diario de Briget Jones
No hay peli más perfecta para ver con un grupo de amigos, comer helado hasta reventar y acabar con la bodega de la anfitriona. Un plan para cualquier día del año.
Todas las personas, en algún momento de su vida, se han sentido identificadas con la dulce Briget Jones. Un desastre con patas, con cien mil buenas intenciones cada mañana y doscientas mil meteduras de pata cada tarde.
Esta comedia romántica da para mucho, y es la terapia perfecta para subir el ánimo a cualquiera que esté en apuros sentimentales. Los verdaderos diarios de Briget se publicaban en The Indipendent entre 1995 y 2005. Al igual que en la película, el Chardonnay era su uva de referencia.
Interestelar
Cualquier “demencia” del señor Christopher Nolan es digna de ser vista con una copa de vino en la mano para darle una interpretación más creativa. Sueños dentro de sueños, fantasía, realidad, universos paralelos, viajes en el tiempo… Lo tienen todo, además de unos grandísimos actores.
Lo mejor de ver cualquiera de estas dos pelis de Nolan (además de disfrutar de la buena filmografía) es que el cine-fórum de después nos puede tener hasta las tantas de la madrugada discutiendo si al final cae la peonza o no, o cuanto tiempo ha estado Matthew McConaughey dando vueltas por el espacio mientras su hija se transforma en una viejecilla en el planeta Tierra. Por favor, pantalla grande y mucho silencio. El tempranillo ayuda a pensar.