Cuatro cremas para pasar el invierno

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Cuatro cremas para pasar el invierno

Tiempo de cuchara, crema y chimenea.

 

Con la bajada de temperaturas, el viento huracanado y la lluvia intermitente, no hay mejor plan que quedarse en casa, tomarse un buen plato de cuchara que entone el cuerpo y, cómo no, acompañarlo siempre de un buen vino y buena compañía.

Las cremas de verduras y legumbres son un básico que no pueden faltar en el menú antifrío. Son fáciles de preparar, suaves, nutritivas… El entrante perfecto para una comida… la solución idónea para una cena ligera… Qué más podemos pedir!

¡Pongamos una crema en nuestras vidas y dejemos que el invierno térmico fluya ligero hasta la primavera!

Aquí os dejamos cuatro cremas, algunas clásicas otras no tanto… para todos los gustos y ocasiones.


Cuatro cremas para pasar el invierno, Crema zanahoria morada

1.- CREMA DE ZANAHORIA MORADA

Empezamos por la más vistosa y menos común. En realidad, aunque todos creamos que las zanahorias han sido naranjas desde siempre, estamos equivocados. El color original de la zanahoria es el morado, al menos en sus capas exteriores, ya que por dentro era amarillenta, como el nabo.

Zanahorias las hay de todos los colores, blancas, amarillas, verdes e incluso negras. Cuentan que el color naranja se les dio a través de injertos en el siglo XVI en los Países Bajos para que coincidiera su color con el de los Orange, ya que eran los principales productores de zanahorias de Europa.

Después de un poquito de historia, vamos con las propiedades de este tubérculo. Da igual que sea naranja, morada o amarilla, los betacarotenos y la fibra la tienen en cantidades iguales. Por eso, a la hora de cocinar una sencilla crema de zanahorias, tan buena para sentar el estómago después de algunos excesos, si le damos un toque de color con la versión morada, nuestra velada se tornará un poquito más sofisticada…

El toque exótico a esta sencilla crema se lo daremos con un poco de leche de coco, unas ramitas de cilantro y unos anacardos tostados en aceite de coco… el resto, como siempre, cocer la zanahoria con un buen caldo de verduras, sal, pimienta, cebolla… y a batirla hasta que emulsione… los anacardos tostados le darán ese crujiente tan agradecido en una crema fina.

¿Vino? Pues claro. Para acompañarla, un rosado de Marqués de Vitoria de la misma gama cromática que la crema, resultará ideal.


Cuatro cremas para pasar el invierno, crema apio, nabo e hinojo

2.- CREMA DEPURATIVA: APIO, NABO E HINOJO

Además de depurar el organismo y subir las defensas, esta crema es deliciosa. Podemos optar por la opción de los tres ingredientes o sustituir el apio y el nabo por el apio nabo, parece una obviedad, lo sé, pero tiene sus diferencias. Este último tendrá un sabor más intenso y reforzará el del hinojo.

En cuanto a propiedades, todos comparten más o menos las mismas, tiene un montón de vitaminas y minerales como el fósforo (muy bueno para el cerebro), calcio, hierro, magnesio y sobre todo, potasio, un gran aliado de los hipotensores. Por esta razón esta crema además de depurativa, es perfecta para todos los que tengan la tensión alta… siempre que no os paséis con la sal, claro…

También se le puede añadir otro truco más… a la hora de cocer las verduras ya rehogadas, si añadimos un poco de alga kombu en la cocción y luego la retiramos antes de batir, le da un toque oriental. Unas rodajas de limón y germinados de alfalfa con un chorrito de AOVE le dan la presentación perfecta.

Y como el vino también dicen que es muy bueno para la salud, la acompañamos de un Faustino Chardonnay Art Collection es una opción perfecta.


Cuatro cremas para pasar el invierno, Crema tupinambos

3.- UNA CREMA ENERGÉTICA: TUPINAMBO CON FRUTOS SECOS Y COLIFLOR.

Y es que últimamente está de moda este tubérculo. El tupinambo o alcachofa de Jerusalén es un tubérculo sudamericano, que parece un hijo nacido de una patata y un jengibre. Su sabor es ligeramente dulce y hay algunos que le encuentran un sabor parecido también a la alcachofa, de hecho son de la misma familia aunque no se parezcan en nada.

El tupinambo es energético y diurético, y junto a las avellanas, que le dan su aporte de grasas buenas, antioxidantes y mucho magnesio, son un coctel perfecto para reponer fuerzas. La preparamos con patata, un poco de coliflor, hojas de laurel, tomillo y cebolla salteada.

Para batirla siempre hay que quitar el laurel, por supuesto, y también quitaremos el tomillo, que ya ha cumplido su función. El crujiente, las avellanas tostadas y un poco machacadas le dan un toque de bosque invernal.

Para beber con esta crema, lo mejor es un blanco de los mejores viñedos de Castilla y León. Un blanco de Portia da un cierto cuerpo e intensidad deseada en el sabor. Eso sí, no lo sirváis muy frio…


Cuatro cremas para pasar el invierno, Crema lentejas

4.- UN CLÁSICO, LA CREMA DE LENTEJAS.

Receta de madre. Es la versión más rica junto a las croquetas de la comida de reciclaje. Y es que cuando sobran unas pocas lentejas, un buen puré, con sus picatostes fritos resucita cualquier alma maltrecha durante el fin de semana o un “Saturday night Fever”.

Las variaciones pueden ser muchas: Las lentejas guisadas tal cual y pasadas por el chino; con puerro y cebolla y un poquito de pimentón, y un chorrito de nata líquida al servirla… Pero hoy elegimos la versión más oriental: con calabaza y curry. Lentejas rojas, curry, jengibre fresco, yogur, semillas de sésamo… Tan moderno como energético.

Es la mejor combinación para subir la temperatura y acabar con el destemple de los meses de invierno. Si lo acompañamos de panecillos tostados con queso, seguro que habrá que bajar la calefacción. Para disfrutar bien de esta crema, podemos darle al tinto crianza de Campillo, no desentonará nada su intensidad de sabor.