Otra manera de entender el enoturismo
Paisajes relajantes, viñedos en todo su esplendor, bosques mágicos, bodegas… y además todos reciben con los brazos abiertos a los amantes de las camper. En la Rioja Alavesa hay mucho que disfrutar y si además nos lo ponen fácil para poder acampar con nuestras autocaravanas, la experiencia se torna de lo más placentera.
Cada vez son más las poblaciones e incluso las bodegas que se hacen eco del auge de las vacaciones con la casa a cuestas y quieren que lo tengamos todo a mano. Hoy os mostramos tres de los pueblos más bonitos de este paraíso interior y que se han unido al movimiento caravanfriendly.
Elciego
Un ejemplo a seguir de cómo dar soluciones a las nuevas aficiones. Todo con automatizado, para poder facilitar los servicios a los usuarios. Catorce plazas con una ubicación excelente para pernoctar, con tienda, restaurante y hasta bodega para el que quiera llevarse un recuerdo de su paso por esta tierra de vinos. Un lugar perfecto.
Si hay una villa vasca tradicional, esa es Elciego. Parada obligatoria en cualquiera de las rutas del vino que se quieran hacer por estas tierras y además encantada de recibir a amigos de las autocaravanas.
Su casco histórico, con su plaza, su iglesia y su ayuntamiento, nos dan la vista más tradicional, y el espectacular edificio de Gehry para Marqués de Riscal, la vanguardia más extravagante. La Sierra de Cantabria se ve majestuosa desde aquí, y al que le guste el arte sacro, tiene varias iglesias en las que perderse entre bóvedas y ábsides.
Oyón
¡Territorio Faustino! El municipio de Oyón está formado por tres núcleos de población: Oyón, Labraza y Barriobusto. Oyón es un pueblo reposado, como el vino que dan sus numerosos viñedos, lleno de casas blasonadas por las que pasear admirando sus escudos, que recuerdan su pasado señorial, como son las del Marqués del Puerto y la del Conde de Bureta.
Una visita a Bodegas Faustino y una compra para reponer las botellas que hemos ofrecido a nuestros amigos con los vinos de Marqués de Vitoria son excusas perfectas. En Oyón se sabe mucho de vino y eso se nota.
A los pies de la Sierra de Cantabria, Oyón aglutina casi el 40% de la industria vitivinícola de la zona y recorrer sus sinuosas carreteras entre viñedos es un lujo para el que le gusta conducir.
Pero si hay algo que nos gusta a los asiduos al viaje camper es el descubrir pequeños rincones llenos de encanto fuera de lo establecido. Labraza es uno de ellos.
Este pequeño concejo que pertenece a Oyón, parece más un paisaje de la zona mediterránea que de la propia Rioja. Rodeado por un inmenso bosque de pino de Alepo, abundantes almendrales y olivos, Labraza se enorgullece de simbolizar la Álava más rural, con un legado de una Edad Media dura y una agricultura singular para el lugar.
Pasear por sus murallas, imaginar los inmensos viñedos que desaparecieron con la filoxera en el siglo XIX, y a Sancho el Fuerte merodeando por estas callejuelas, parece trasladarnos a otra dimensión. Al fondo del valle encontramos el tercer concejo que pertenece a Oyón, Barriobusto, con unas vistas panorámicas de la zona dignas de contemplar al atardecer.
Una vez terminada la visita, si queremos pernoctar tranquilamente, gratis y con servicio de agua, vaciado de residuales e inodoros, el parking de Oyón, en La Espina Kalea, nos aguarda tranquilo para arropar nuestro sueño.
Labastida
Otra escapada camper por las tierras de la Rioja Alavesa, Labastida. Hay veces que las propias bodegas que por aquí abundan y los pueblos mucho más conocidos que ella, eclipsan de alguna manera los encantos de este pequeño pueblo situado en el monte Toloño, al ladito del río Ebro.
Una recomendación, si el día está claro, atravesar el pueblo y llegar a la parte alta del casco histórico… las vistas sobre la Rioja Alavesa son espectaculares.
Pasear, por la calle Mayor, los Arcos de Toloño y Larrazuria, y degustar la más típica cocina vasca de interior son parte de los grandes planes que se nos pueden ocurrir en este pueblico.
Para los que les guste caminar y el senderismo, la ruta Remalluri, al pie de viñedos y la subida al monte Toloño se antojan grandes excursiones. El Parque de San Ginés, a los pies del monte Toloño es perfecto para hacer una parada, sobre todo si vais con niños y asarse unas chuletillas de cordero en las barbacoas que tienen al uso.
Dato a tener en cuenta: en la calle Fray Domingo Salazar hay un área de autocaravanas gratuito para pernoctar. Solo es de pago la luz.