Ahora es el momento

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Ahora es el momento

Nos merecemos algo especial

 

Se impone la hora de los homenajes, ya vamos viendo la luz al final del túnel y es momento de celebrarlo. Como siempre, la mejor manera que se nos ocurre es degustar buenos vinos en buena compañía, sencillo pero tremendamente placentero. En estos momentos la ocasión requiere lo mejor, y qué mejor manera que darle a la gama alta del Grupo Faustino.

El año pasado 28 vinos del Grupo Faustino obtuvieron más de 90 puntos según el catador James Suckling, así que tenemos donde elegir. El tiempo y  la calidad no se improvisan. Nosotros hoy os proponemos nuestro top three con tres caprichos. Ahora, la compañía la elege el anfitrión. 

FAUSTINO I GRAN RESERVA

Este es uno de los niños mimados de la Bodega y una de las joyas de la corona. Para apreciar bien este Rioja lo mejor es acompañarlo de una comida que mantenga la personalidad del producto. Los días empiezan a ser muy largos y si hace fresco, mejor. Con el calor, el aporte calórico de la comida y lo rotundo del Gran Reserva puede resultar demasiado para los cuerpos delicados.  Hay un increíble placer en  abrir esa botella que se guarda  para un momento especial. 

Los 26 meses que se pasa este caldo en la barrica le aportan esa contundencia y a la vez un trago suave y sedoso, con los aromas de los frutos rojos y los tostados del roble que lo acuna en su maduración.  Todavía guardo el recuerdo de la útima botella con un  delicado goulash copiando la receta de Iñaki Oyarbide.

CAMPILLO 57

Seguimos por la senda de los Rioja. Campillo 57 es un lujo de vino. Conmemora el año en el que nació el primer miembro de la cuarta generación de estos bodegueros. También puede ser el año de aquel querido Seat 600. Así que fue un gran año y buena excusa para quedar conmemorado en un vino de esta categoría.

Una de las características que más comentan los enólogos en referencia a Campillo 57 es que nada más abrir la botella es pura elegancia. El tiempo se la cargado de fuerza y delicadeza… y eso solo lo logran los grandes vinos. La presencia de la fruta es increíble. Es tan fácil de disfrutar, que no hay que ser un gran aficionado a los  grandes reservas. Mis quesos favoritos y ese risotto que se prepara con cariño son muy buenos compañeros. 

Siempre será el vino perfecto para una velada romántica, ¿por qué? Porque es especial y elegante, un gran reserva sutil y suave. Un lobo disfrazado con piel de cordero… y que la noche no nos confunda.

PORTIA  SUMMA   

Y no podía faltar un  Ribera de Duero en nuestro podio de ganadores. Un mono varietal de Tempranillo y con una grado alcohólico de 14,5 grados,  pero que expresa sus buenas intenciones desde el primer sorbo. La entrada en boca es amplia, sabrosa, con muy buena acidez y muy suave. Persisten la fruta y ligeros toques de barrica. Recuerdos de cacao. Goloso y complejo.

Al ser un Ribera, le podemos dar una oportunidad para una cena entre amigos, incluso, si somos arriesgados, lo podemos llevar a una barbacoa o a una parrillada de pescados grasos, y quedar como los auténticos reyes del glamour.

Portia Summa es mucho más que otro hijo del Duero. Es un  producto con el que se puede hablar junto a una chimenea o poner los pies en la barandilla de nuestra terraza. Un regalo de los dioses para los humildes humanos que nos gustan los buenos placeres.