Si hay un momento en el que el enoturismo alcanza su zenit, ese es justo ahora. Las vacaciones clásicas se han terminado. Apetece volver a hacer pequeñas escapadas de fin de semana para no perder la costumbre del buen vivir y meternos de cabeza en el marasmo de las obligaciones. Un par de días, un poco de vendimia y pueblos bonitos con buena gastronomía. Este es el plan de septiembre, los pueblos de vendimia.
Quintanar de la Orden
Este año las fiestas de todos los pueblos se han suspendido por la Covid 19 pero el pasado 2019 fue el primer año que la denominación de origen de la Mancha celebró su fiesta de la vendimia en Quintanar de la Orden (Toledo). Habrá que esperar al próximo año impar para celebrar la segunda edición. En cualquier caso, aunque no haya fiesta, hacer una escapada a Quintanar de la Orden siempre es un placer.
Los campos de Toledo tienen unos horizontes increíbles, el legado de la Orden de Santiago se ve por todos los rincones de esta localidad. En la iglesia de Santiago Apóstol, en la calle de las Aguas, la plaza de su Ayuntamiento…
Quintanar de la Orden es también, como no, tierra del Quijote, la Venta de Don Quijote, donde el caballero veló sus armas, está aquí. La venta, en su fachada, rememora las escenas y andanzas de esta ‘triste figura’ en mosaicos que adornan las paredes.
Durante los meses de verano y con un poco de suerte también durante el mes de septiembre, en Quintanar maridan el vino de la denominación de origen de La Mancha con la astronomía. Sí , con las estrellas. Organizan noches de cata de vino mientras se descubren estrellas, planetas y constelaciones. Un buen plan para disfrutar del vino manchego de una manera peculiar.
Los Arcos
Navarra es otra de las grandes tierras que da grandes vinos. Entre Estella y Viana, atravesada por el río Odrón, ahí está Los Arcos. Es un lugar emblemático del Camino de Santiago y donde los peregrinos pueden degustar buen vino navarro.
Mezcla medieval, barroca, rural… Los Arcos sigue acogiendo a todo el que llega con la misma amabilidad con la que durante siglos han acogido peregrinos de todo el mundo.
Oyón
La Rioja Alavesa es uno de los destinos de enoturismo más solicitados. Paisajes para todos los gustos, buena gastronomía, buen vino y una oferta hotelera de primera. No es un tópico. Es la gran excusa.
En Oyón es donde se hace el Rioja más vendido del mundo, Faustino. Está muy cerca de Logroño, al otro lado del río, por eso es un destino ideal de fin de semana para los de la capital riojana. Hay que pasear por su Giralda, por el Palacio de los Condes de Bureta, o la Ermita de la Virgen de las Viñas. Disfrutar de la gastronomía riojana y visitar las bodegas de los alrededores es un planazo otoñal donde los haya.
Gumiel de Izán
En la ruta del vino de Ribera del Duero encontramos Gumiel de Izán. A 12 kilómetros de Aranda de Duero, fue declarado conjunto histórico artístico en el año 2003. Casas blasonadas, iglesias, palacios, calles empedradas. Gumiel de Izán es otra de las localidades en las que se suele celebrar la Fiesta de la Vendimia, aunque este año, covid mediante, no haya sido posible.
De todas maneras, solo con pasear por allí, se respira el ambiente de la vendimia, la alegría de la cosecha y el buen yantar de los lugareños. Muy aconsejable un paseo por el Sendero de los Molinos. Una ruta deliciosa donde contemplar el paisaje y el paisanaje de la comarca. No todos los pueblos pueden presumir de tener a Norman Foster, y las bodegas Portia, como referente de la zona.
Laguardia
Y para terminar, un clásico: Laguardia. Este pueblo con forma de barco que parece surcar los viñedos de la Rioja Alavesa, es uno de los must del enoturismo.
El arte de vanguardia de sus bodegas y las cuevas casi rupestres donde todavía se almacena vino como antaño, son dignas de visita. Los contrastes de Laguardia… sus lagunas, las aves migratorias que por aquí pasan ya de vuelta al calor. Cualquier visita a Laguardia no tiene desperdicio, y si es en época de vendimia, mucho mejor.
