Enoturismo con arte.
Algo debe de tener el arte románico que gusta a todo el mundo. Desde luego no es la magnificencia del gótico, ni el esplendor del renacimiento ni la riqueza del barroco, pero ese no-sé-qué es como un potente imán que nos lleva a recorrer kilómetros en su búsqueda. De alguna manera pensamos que es el arte que mejor adapta la historia al terreno, el que más nos hace sentir la cultura de hace siglos, tal vez modesta, de pequeñas dimensiones, pero por eso mismo más humana.
La mitad norte de la península es territorio románico. En algunas zonas es más numeroso, en otras es más brillante, pero siempre añade un toque de belleza y recogimiento a los pueblos y a los parajes recónditos. Un valle con una ermita románica es más valle.
En el País Vasco la mayor parte del románico se concentra en la provincia de Álava (con más de 240 templos con elementos románicos), así que el románico es una excusa perfecta para visitar La Rioja Alavesa. Después se podrá completar el recorrido con la visita a alguna bodega y otros monumentos, como los dólmenes que tanto abundan por la zona. O, también se puede pensar al revés y completar la visita de una bodega tan importante como Bodegas Campillo con un recorrido por el románico local. Tanto monta, monta tanto.
La base ideal para recorrer la rioja alavesa es, evidentemente, Laguardia, que día a día es más reconocida como uno de los destinos emergentes del turismo de calidad, sea enológico, gastronómico, cultural o paisajístico. La búsqueda del románico tiene dos destinos en Laguardia. Por un lado, la iglesia de San Juan Bautista, que tiene tanta historia que acumula diferentes estilos arquitectónicos. En su origen se construyó como templo-fortaleza, recuerdo de los tiempos inciertos que se vivieron en la comarca siglos atrás. De su trazado original conserva la portada sur, románica con influencias francesas, y se debió de levantar a finales del siglo XII o principios del XIII. Hay que destacar las columnas decoradas con figuras de animales y plantas, además de escenas bíblicas.
Una historia semejante tiene la iglesia de Santa María de los Reyes, que también tiene trazas románicas aunque muy alteradas por otros estilos posteriores. En el muro norte aparecen unos arquillos ciegos y unas fajas lombardas en la parte media de la pared y que son muestra fiel del estilo románico que se construía a mediados del siglo XII. En la fachada oeste hay dos ventanales, aunque han sido alterados con el paso del tiempo.
A unos 10 kilómetros de Laguardia los detectives del románico pueden ir tras la pista de la antigua iglesia de Santa María de Kripan. Aquí estamos como en los casos anteriores en un templo que ha cambiado mucho con el paso del tiempo, el aumento de la población y el cambio en la utilización de los espacios. Nuestro objetivo es buscar los restos de la antigua iglesia, de la que queda una portada con arquivoltas apuntadas, de finales del siglo XII. Buena parte del edificio está en ruinas ya que fue abandonado hace más de 200 años cuando se trasladó el culto a la nueva parroquia.
Kripan está enclavado en la sierra de Cantabria y es uno de los pueblos situados a mayor altitud de la provincia. También al pie de los montes se encuentra, casi perdida, la ermita de la Virgen de Berberana conserva también algunas trazas románicas. Está en un paisaje idílico, en una zona boscosa, muy cerca de un importante encinar. Muy cerca también se encuentra el dolmen de Sotillo. La ermita es el destino de una romería que se celebra el primer sábado de septiembre.
Villabuena de Alava es uno de esos pueblos pequeños pero repletos de secretos. El principal de ellos, probablemente, sea su existencia ya que es relativamente poco conocido a pesar de contar con buenas muestras de arquitectura civil y religiosa, como algunas casas solariegas impresionantes. La búsqueda de las trazas románicas de la ermita de Santa María, que se encuentran sobre todo en el ábside.
La ruta del románico por la Rioja alavesa termina en Labastida. Allí, en lo alto del cerro de la Mota se encuentra la imponente ermita de Santo Cristo. Por su estratégica situación, en un lugar elevado, en esta zona de conflictos permanentes durante la Alta Edad Media, allí se construyó un templo fortificado, prerrománico, junto al que se desarrollaron unos barrios que acabaron dando origen a la población que ahora conocemos. Más tarde se construyó una iglesia románica más grande, que a su vez fue recibiendo modificaciones con el paso del tiempo. Lo más visible del periodo románico es la portada meridional.
