UN SUEÑO CUMPLIDO
Querido amante del vino, estamos de enhorabuena… no todo iban a ser malas noticias en los albores del 2021. Varios estudios científicos y las últimas vías de investigación de los mejores nutricionistas aseguran que, lejos de engordar, el vino puede ayudarnos a perder esos kilos acumulados durante las fiestas.
Siempre hemos creído que el alcohol había que desterrarlo de los regímenes, pero nada más lejos de la realidad, unas copas de vino, con moderación, nos puede ayudar a bajar peso y quemar grasas.
En primer lugar, de entre las propiedades del vino podemos destacar su efecto cardiosaludable, antioxidante y que alegra el alma entre otras. Y aparte de estas bondades empecemos a explicar el poder del vino para reducir los kilos.
- El vino, sobre todo el tinto, tiene piceatannol, un metabolito del resveratrol que impide la formación de nuevas células grasas y estimula a las existentes para depurarlas gradualmente. Se estima que tomar una copa de vino al día reduce hasta un 30 por ciento la probabilidad de padecer obesidad.
- El vino tiene la virtud de provocar sensación de saciedad. En vez de cenar tarde es aconsejable cenar un par de horitas antes de lo normal y antes de irse a la cama tomar una copa de vino. Además de ayudar a dormir, quita la tentación de asaltar la nevera por las noches.
- A la hora de comer carnes rojas o quesos, si los acompañamos de vino tinto, éste facilitará el proceso digestivo y mejorará la absorción de los nutrientes.
- El motivo por el que el vino parece engordar es porque normalmente lo acompañamos de carbohidratos, y esta mezcla sí que es explosiva. Si lo acompañamos de proteínas, el efecto se anula.
- Mejor tomarlo durante o después de las comidas. Con el estómago lleno todas las propiedades del vino se asimilan mucho mejor.
- Vayamos con las calorías. Una copa normal de vino contiene más o menos unas 80 calorías, menos que una onza de chocolate negro y lo mismo que un yogur.
- Los vinos blancos son los que menos calorías tienen, aunque no se distinguen mucho de los tintos. Ahora bien, hay que tener cuidado con los vinos dulces y los cavas por su elevada cantidad de azúcar.
- Para que el vino tenga su efecto adelgazante hay que ser constante… no es que haya que beberse una botella al día, no. Eso dejaría sin efecto cualquier dieta, pero dos o tres copas de vino a diario, las dos últimas por la noche, son la cantidad ideal para conseguir el peso deseado.
- Las uvas y las bayas, entre otros frutos, poseen la capacidad de transformar la grasa blanca en beige, y esto se traduce en que la irisina, hormona propia de la grasa beige, tiene como característica la bendita misión de quemar la energía sobrante, al igual que el ejercicio físico.
- Y ya para terminar, que pierdan el miedo hipertensos y los índices altos de colesterol. El consumo moderado de vino, gracias al resveratrol, ayuda a moderar la tensión y el mismísimo colesterol.
