Una historia de amor que reconoce la calidad.
No hay mucha gente que consiga vivir y dedicarse a sus grandes pasiones y además ser un crack. James Suckling es uno de esos privilegiados, eso sí, con trabajo, talento y esfuerzo. Este americano de sonrisa casi eterna ha conseguido dedicar su vida a sus dos pasiones, el vino y los puros habanos.
James Suckling es uno de los puntuadores de vinos internacionales más valorados en el mundo del vino. Sus puntuaciones son un referente a seguir por grandes enólogos y aficionados al vino. Su criterio y su profesionalidad son su mejor tarjeta de visita. En su última cata, 29 vinos del Grupo Faustino han obtenido más de 90 puntos, un orgullo para nuestro grupo y una garantía para nuestros clientes.
El tesón y la voluntad es lo que forja a los personajes que triunfan en la disciplina que sea. Este es el caso de Suckling, un periodista californiano al que su padre le inculcó el amor por el vino. Después de trabajar en distintos periódicos locales, llegó a ser el editor jefe de la reputada revista Wine Spectator y de Cigar Aficionado (publicación dedicada a los puros habanos).
El trabajo no es fácil. 4.000 botellas anuales cataba el señor Suckling para Wine Spectator y eso le dio bastante buena base para lanzarse al vacío y crear su propia página y un sistema de puntuación muy personal.
En 2010 creó JamesSuckling.com y desde entonces, y con un pequeño número de colaboradores, empezó su andadura en solitario.
Sus puntuaciones tienen un criterio. Para Suckling la boca es más importante que la nariz, y de esta forma es de la que puntúa sus catas. Su trabajo tiene algo de ritual. La boca le hace apreciar la fruta, la acidez y el alcohol, partes fundamentales para calificar a un buen vino. Su manera de otorgar los preciados puntos es con un baremo del 1 al 100. Le da 15 puntos al color, 25 al aroma, 25 a la estructura y 35 a la sensación global que le genera el vino que cata.
Da gusto ver cómo los gustos personales se ponen en paralelo con los gustos de un experto. Los productos Premium de Faustino I nunca fallan y las etiquetas de Campillo como Campillo 57 o El “Raro” demuestran su poderío con 94 puntos.
Con la misma puntuación están también algunos de nuestros referentes en Ribera del Duero, Portia Summa y Portia Crianza.
Por supuesto que también están ese blanco de Campillo Blanco fermentado en barrica y el Rosé más elegante del mercado. Si a esto unimos las etiquetas más representativas de Fortius y Portia, la variedad de nuestra bodega se amplia.
Mención especial merecen los productos más sofisticados de Marques de Vitoria. Su Reserva y su Gran Reserva demuestran que sus etiquetas dicen mucho de las nuevas aptitudes de los vinos riojanos. La gama alta gusta a todo el mundo.
Los vinos de menos de 90 puntos no son merecedores de que hable de ellos en sus publicaciones, por lo que, que nada más y nada menos que 29 vinos del Grupo Faustino sean dignos de obtener las opiniones de James Suckling es algo que nos confirma que buen hacer, da sus resultados.
Y ya, al margen de puntuaciones y catas oficiales, somos de la opinión del experto californiano, el vino ha de considerarse como algo emocional, no científico.
