Peregrino sin prisa, invitado seguro.
Aunque para muchos es sólo una parada del Camino de Santiago, Los Arcos es un destino ideal para el fin de semana. La villa de Los Arcos ofrece su patrimonio, su legado histórico, su gastronomía y un mar de viñedos a su alrededor a todo el aficionado al enoturismo que decide venir a visitarlo.
Su situación es envidiable. Entre Viana y Estella, Los Arcos es desde la Edad Media parte indispensable del paisaje navarro. El Camino, ya desde antaño transcurre por su calle Mayor, por lo que su centro histórico está lleno de hospederías, hospitales de peregrinos (3 para ser exactos), casas nobles y edificios que muestran la riqueza e importancia que tuvo gracias a ser una confluencia de caminos.
Para empezar el paseo nos dejamos llevar por la historia de su casco urbano, largas calles que en su día estuvieron rodeadas de murallas de las cuales solo quedan dos portales, el del Estanco y el de Castilla. La Iglesia de Santa María es un ejemplo precioso del barroco navarro y la siguiente parada de nuestro paseo.
El río Odrón, deja panorámicas también llenas de encanto y belleza. Su cauce atraviesa el pueblo y en sus riberas, la piedra y la vegetación, y los puentes como el del lavadero dejan unas vistas plácidas y relajantes a su paso.
Los Arcos también es tierra de buenos vinos, y una visita a una bodega nunca está de más cuando se viaja a tierras que dan tan buenos vinos. Las Bodegas Valcarlos son un ejemplo del buen hacer navarro con los vinos. El equilibrio que Valcarlos le da a sus vinos con la combinación de sus varietales, da como resultado en nuestra copa una colección de vinos limpios, brillantes y sorprendentes.
Y, cómo no, si venimos a tierras navarras sería un pecado no disfrutar de su gastronomía. Buena huerta, buena ganadería y dulces maravillosos. Platos como el ajoarriero, los menudicos de cordero, el cordero al chilindrón son imprescindibles si visitamos esta villa medieval. Si a esto unimos una buena chistorra, la fiesta es completa
Ahora en el otoño, disfrutar de sus verduras como los espárragos y pimientos es otra de las delicias con las que nos agasaja este pueblo, y, el momento más dulce lo ponen postres como la leche frita, la sopa cana, las torrijas y las rosquillas de Los Arcos.
Por último, si somos de los que nos gusta la velocidad, en las afueras, en la carretera que va a Logroño se encuentra el Circuito de Navarra. Este circuito acoge competiciones de grado B para motos y de grado 2 D1 para coches. Tienen una pista de karting abierta al público por si nos apetece liberar un poco de adrenalina y pasar un buen rato con los amigos.