San Fermín

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San Fermín

VINO, TOROS Y A CORRER

 

Está todo casi preparado. Empieza la cuenta atrás para el chupinazo, todo Pamplona y parte del extranjero tiene ya planchada la ropa blanca, el pañuelo rojo y las ganas de empezar a bailar, beber y, los más valientes, a ponerse delante de los toros. San Fermín es una fiesta internacional, conocida en todo el mundo, pero ¿alguien sabe quien fue el pobre de San Fermín y como empezaron tan insignes fiestas?

San FermínAquí os contamos la historia de San Fermín, desde sus más ancestrales orígenes… Hay que mirar al siglo III, nada más y nada menos. Y por supuesto, como en muchas de las historias de santos católicos, hay que tener mucha fe para darla por buena.

San Fermín era romano, de Pamplona, pero romano. Un día llegó San Saturnino, aquel que los toros arrastraron por las calles de Toulouse (casi parece como premonitorio que los toros sigan penando ahora por las calles, igual hay algo de karma aquí…) y le bautizó, le convirtió al cristianismo y se hizo obispo.

Todo su afán era liberar al pueblo navarrico de sus supersticiones paganas y convertirles a todos para salvar sus almas. Al final, terminó como su mentor, torturado y asesinado. Es curioso que con un carácter tan austero y evangelizador, haya terminado siendo el exponente máximo de una fiesta del calibre de los sanfermines. El caso es que desde el siglo XII, San Fermín es el Santo Patrón de Pamplona.

San Fermín

Otra cosa es el origen de las fiestas de San Fermín. Se cuenta que es una mezcla de tres tradiciones: Las originales fiestas en honor al Patrón desde el siglo XII que se le empezó a venerar, las corridas de toros, y las ferias que se comenzaron a hacer en la ciudad en el siglo XIV. En un principio se celebraba en junio, luego pasó a octubre y por fin, en el glorioso año de 1591 la celebración quedó instaurada el 7 de julio.

La fecha ayudo a la canción… Uno de enero. Dos de febrero… y como el siete es un buen número… pues buena fiesta. Desde entonces y hasta que Hemingway los hizo internacionales, los sanfermines se han celebrado en Pamplona casi únicamente para los parroquianos.

Otra historia curiosa es el origen de correr los toros por las calles. En un principio los toros eran llevados desde el campo a la ciudad para torearlos, a la entrada a la ciudad y para no molestar mucho a los vecinos, lo hacían de madrugada y a todo correr, azuzados por los pastores.

Esto pasó hace unos 600 años, pero fue en el 1856 cuando el encierro empezó a hacerse por la calle Estafeta. 850 metros que corren los toros en unos dos minutos como si no hubiera un mañana, y 3.000 mozos acompañándolos, que también corren y beben vino como si el mañana no existiera.

San Fermín

Pero los sanfermines no son solo los encierros. Durante una semana la ciudad se tiñe de blanco y rojo, aunque al final el blanco de la ropa brilla por su ausencia y todo lo tiñe el rojo del vino. Todo el mundo baila expectante hasta que el chupinazo da el pistoletazo de salida, y a partir de ese momento la alegría y la fraternidad invaden las calles pamplonicas.

Solo hay dos minutos al día en los que la ciudad se paraliza y se contiene, los dos minutos que dura el encierro diario, en el que todo el mundo aguanta la respiración hasta que los toros entran en los corrales.

A partir de ahí, vuelta a empezar, el caldico, el chocolate con churros para coger fuerzas, la procesión, la comparsa de gigantes y cabezudos… el aperitivo… la corrida… la merienda, los fuegos artificiales… y a seguir bebiendo buen vino hasta el encierro siguiente.

Si el santo de San Fermín levantara la cabeza y viera en qué se ha convertido su cristiana tradición… igual aparcaba la mitra y se ponía a cantar el riau riau. Además este año con el Osasuna en primera, el santo tendrá también trabajo en el Sadar.