La visita a las Bodegas Portia es una de las etapas fundamentales de cualquier recorrido por Gumiel de Izán. También es la más sorprendente. No es de extrañar ya que es la única creación del prestigioso estudio de Norman Forster en el campo de la industria del vino.
En Portia es fácil vivir una experiencia completa, distinta a cualquier otra, ya que en el mismo lugar es posible vivir diferentes aspectos relacionados con la enología, la gastronomía y la cultura. Nada más estimulante que pasar de asombrarse con los hallazgos arquitectónicos de Foster a caminar entre las vides acompañado por un experto enólogo, sentir el contraste entre la materia prima y el triunfo de la arquitectura y la ingeniería. O aprender los secretos del tiempo – necesarios para conseguir un vino de primera categoría – y a continuación maravillarse con una exposición de arte contemporáneo.
Pero todo debe concluir con lo más importante, con los productos de la bodega acompañando un buen menú. El maridaje entre vino y comida es una de las combinaciones fundamentales de la vida, y en Portia se puede vivir esta experiencia, que culmina una visita única.
El lugar para vivir la experiencia es el Triennia Gastrobar, un espacio dedicado a hacer realidad la unión entre los vinos de la bodega y las especialidades gastronómicas más sugerentes. Las posibilidades que ofrece son muy diversas. En todas ellas se incluye agua mineral y café o infusión. Los menús se sirven a mesa completa y el precio no incluye la visita a la bodega. El horario de comidas es de 13:00h a 15:30h.
La opción más sencilla es el Menú Ejecutivo, que se compone de dos tapas, un entrante, un plato principal a elegir entre carne o pescado. El vino que completa el menú es Portia Roble. Este menú, de 25€ por persona, sólo se sirve en el almuerzo de lunes a jueves.
Otra opción más completa es el menú Más que Vino, un verdadero festival de sabores muy diferentes pero complementarios en su conjunto. Se compone de Gazpacho andaluz con manzana impregnada en remolacha y brotes frescos, corte de foie caramelizado con pera y piñones, empanadilla de buey con salsa brava thai, una versión peculiar de calamares en su tinta, buey rustido con vegetales y jugo reducido y gazpacho de frutos rojos. Los vinos que acompañan este festín son el Fortius Rosado y Portia Roble. El precio es de 35€ por persona.
Pero lo bueno no ha hecho más que empezar. La siguiente propuesta es el Menú Portia, que se compone de láminas de gambas, viera impregnada y emulsión de sésamo y wakame, un bacalao crocante con pasta fresca y quinoa frita, morcilla crocante con crema de manzana y ali oli de piquillo, terrina de pato rustida con polvo de Kiko y vegetales salteados y corte e praliné con migas dulces y helado de leche. Los vinos elegidos para el Menú Portia son Portia Verdejo y Portia Roble. El precio es de 40€ por persona.
Por último cabe destacar el Menú Castellano, compuesto nada menos que por lomo mechado con vinagreta de encurtidos y brotes tiernos, morcilla crocante con crema de manzana y ali oli de piquillo, gazpacho con perdiz roja y tierra de aceituna, ensalada de la huerta, lechazo asado y torrija caramelizada con crema de canela y menta fresca. Los vinos que maridan este banquete son Portia Verdejo y Portia Crianza. El precio es de 45€ por persona.
Hay que añadir que Triennia Gastrobar ofrece también dos menús infantiles, para hacer posible que la visita a Portia sea una experiencia para vivir en familia. El primer menú (12€ por persona) se compone de pasta con tomate y chorizo, filete de lomo de cerdo con patatas fritas, helado y refresco o agua. El segundo menú (16€) es similar pero cambiando el plato principal por chuletillas de cordero con patatas fritas.
Lo difícil será decidirse.