El monasterio y el real sitio de El Escorial están incluidos en la lista del Patrimonio Mundial de la Unesco por sus inmensos valores universales. Una visita alimenta el espíritu con sus bellezas arquitectónicas y artísticas que pueden ser complementadas con una ración de comida y bebida que, evidentemente, debe estar a la altura.
No hay escasez de buenas direcciones en este lugar idílico al pie de las montañas pero siempre se puede elegir, entre lo bueno, lo mejor. Ofrecemos tres direcciones que son como tres soles con su buena mesa y excelente bodega. Vayamos ahora en verano y volvamos dentro de unos meses, con otra temperatura y otros platos, y el placer se verá renovado.
Las Viandas
Una base clásica con un toque de modernidad se desprende de cada detalle de Las Viandas, una dirección ya casi de toda la vida en San Lorenzo de El Escorial. Las vistas sobre el monasterio aportan empaque a una cocina basada en el producto y el buen hacer de la segunda generación de una familia al mando.
Aquí se puede picotear con raciones como sardinas con cachelos y pimientos de Padrón o chipirones de anzuelo con algas antes de entrar en unos arroces, un solomillo a la sidra o un atún a la plancha sobre salmorejo. Una botella de Campillo Crianza, de Faustino VII, o Marqués del Valcarlos rosado completan la fiesta.
El sol sale para todos
Una dirección mítica e San Lorenzo de El Escorial: la mismísima plaza de la Constitución, pero no en un edificio cualquiera sino nada menos que en la Casa de los Doctores, una casona proyectada en 1583 por Juan de Herrera, se encuentra el restaurante El sol sale para todos.
En un marco semejante todo sabe más rico todavía, aunque no es necesario despistarse con ello ya que cualquier receta, desde las setas empanadas, las patatas revolconas con torreznitos, las berenjenas crujientes con salmorejo o el arroz cremoso con chipirones se disfrutarían igual en cualquier otro sitio.
Ahora en verano atraen el tartar de aguacate o el gazpacho pero no hay que desdeñar los guisos de toda la vida —albóndigas, ragout, lentejas— que pueden ser una excusa para volver dentro de unos meses.
La variedad de la bodega acepta cualquier combinación y cualquier temporada: un Campillo Crianza 2015 o un Marqués de Valcarlos rosado resuelven cualquier menú.
Ku4tro
La comida y la compañía de calidad, unidas alrededor de la mesa, hacen felices a los seres humanos. Ku4Tro ofrece la primera parte y, si el cliente aporta la segunda, el resultado está asegurado. Y con una cierta dosis de diversión. ¿A quién no le sorprende un chupa chups de queso de cabra o un ferrerorocher de morcilla, unos bombones de foie o unas galletas de rabo de toro?
También es posible disfrutar de una deliciosa comida un poco más tradicional, como unas albóndigas de merluza en salsa verde, una carrillada al Pedro Ximénez o un risotto detrigueros y hongos. Y es imposible quedarse con hambre si pedimos cualquier plato preparado a las brasas, ya sea chuletón gallego, atún rojo o unas verduras. La variedad y calidad de la bodega está a la altura de la comida y varias referencias del Grupo Faustino multiplican la felicidad.