- Poco a poco todas las tabernas van volviendo a la normalidad. Las ansiadas terracitas, el tapeo, las barras. Madrid es abierto y alegre. Sus barras van recuperando su pulso y las ganas de todos nosotros por salir a disfrutarlo. Por supuesto, siempre bien acompañados de un buen vino del grupo Faustino.
Más de 100 años de historia tiene este luminoso y agradable restaurante, situado en la calle Príncipe de Vergara 14. Otro de los clásicos de Madrid que ha vuelto con alegría a abrir sus puertas. La carta cambia cada día según el producto de mercado, por lo que la calidad y la frescura están garantizadas. Mi debilidad son los lomitos de merluza con chipirones. Gran rebozado y mejor salsa. También son recomendables son sus berenjenas rebozadas rellenas de plátano, las alubias de Tolosa, el pote asturiano y la gran variedad de pescados, carnes y casquería gourmet. Un sitio ideal para darse un homenaje post confinamiento. Una botella de Portia nunca falla.
La zona de Madrid Río es una de las favoritas del verano para los madrileños. Aquí, en el Paseo del Molino 8, está esta taberna de cocina vasca, de Bilbao de toda la vida. Su especialidad y por lo que todos sus comensales se pirran es el tomate con bonito escabechado casero.
¡No dejéis de pedirlo! Las croquetas de txangurro y chipirones, las alcachofas frescas con rabo de toro y los lomos de bacalao a la brasa son dignos de mención también. En cuanto a los postres, merece la pena dejar un hueco en el estómago para probarlos. Sus milhojas son de referencia. Campillo es una bodega de referencia.
La Tienta es uno de los clásicos de Madrid. Al lado de la Plaza de Toros de Las Ventas, en la calle Alejandro González 7, llevan desde 1952 sirviendo cañas, vinos, tapas y raciones, entre tertulias de toros, flamenco.
De momento solo abre por las tardes, pero ya podemos volver a disfrutar de esos torreznos casi lujuriosos que ofrecen desde hace 60 años. Las mollejitas de cordero, las patatas bravas, las croquetas, calamares… y por supuesto su rabo de toro estofado. La decoración es la ideal para los aficionados al toreo, y siempre viene bien tener una botella de Faustino en la mesa.
No se confundan, que la calidad no es amiga de los tópicos. El puerto de marisco más grande de todo Madrid está en Alcorcón, en la calle Cooperación 11. Unos 4.200 metros cuadrados, con una decoración industrial y moderna que consigue hacer acogedor este espacio para 700 comensales.
Bálamo es uno de los sitios preferidos para las celebraciones familiares, además de un producto fresco, de calidad y a buen precio. La experiencia se torna curiosa al contemplar su jardín vertical, su parque infantil con cuidadores y un gran aparcamiento para que nadie tenga problemas al acercarse hasta allí.
Una de las mejores cocinas que se pueden dar en una cafetería de toda la vida. El popular barrio de Carabanchel, con todo su encanto, es el que acoge esta cafetería. Ese concepto tan olvidado entre el mundo de los millenials.
En la carta hay clásicos de toda la vida. Podemos encontrar ibéricos, croquetas, hamburguesas de buey, pan de pueblo, huevos rotos con perlas de trufa y postres como sus deliciosas torrijas. Maravillosa dirección que se debe conocer y fomentar. De barrio con clase.