Cuatro sitios de Picnic en Navarra

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Cuatro sitios de Picnic en Navarra

Manta, cesta, chistorra, queso y vino.

 

Así no se falla. Navarra es una comunidad donde puedes encontrar desde el más agreste desierto a los bosques más frondosos. Las Bardenas, la Selva de Irati, Olite y la misma Pamplona son lugares por todo el mundo conocidos. Pero existen otros rincones, más desconocidos e igual de encantadores, sitios donde pararse a contemplar y de paso, regalarse un buen picnic, con ricas viandas y mejor vino. El escenario también es importante.


Cuatro sitios de Picnic en Navarra, Iglesia San Pedro de Echano

1.- LA VALDORBA

La Valdorba es un apacible y sinuoso valle navarro que está entre el valle del Ebro y el Pirineo. Está formada por unas veinte localidades y caseríos diseminados por su ondulado paisaje, y tiene uno de los románicos más auténticos y mejor conservados de la península.

Cualquiera de sus lomas ofrece unas panorámicas excepcionales y unos cielos inmensamente bellos. Para los amantes de las aves rapaces, la Valdorba tiene una de las mayores poblaciones de toda Europa, y en el camino se topan setas y trufas, ofreciendo un verdadero festín.

Una mirada al Románico de esta tierra, a la ermita del Santo Cristo de Catalaín, la Iglesia de San Martín, o el Hórreo de Iracheta, da una idea de lo importante que fue la comarca para caballeros, religiosos y caminantes en la Edad media.

El Olóriz, a los 30 kilómetros de Pamplona, está una de las muestras más deliciosas de este Románico, la ermita de San Pedro de Echano. La vaguada en la que se encuentra es un lugar ideal para desplegar manta y disfrutar de un buen picnic, y desde ese solaz, admirar la sencillez y el recogimiento que trasmite esta ermita.

Unas migas al pastor, unos perretxicos y pardillas, acompañados de un buen vino con cuerpo pueden hacer del picnic una experiencia única. La opción del 100 % Chardonnay de Bodegas Valcarlos es perfecta. Para después del picnic, un paseo hacia el pueblo al que pertenece, Echano. El pueblo está en estos momentos despoblado y semioculto entre un bosque de quejigos y vale la pena perderse entre sus caminos.


Cuatro sitios de Picnic en Navarra, Embalse Leurtza

2.- EMBALSES DE LEURTZA

En el noroeste de Navarra, entre Urrotz y Beintza-Labaien, se esconden dos embalses que se construyeron allá por el 1920 y que ofrecen uno de los paisajes más oníricos de toda Navarra.

En medio de unos inmensos hayedos, aparecen como por arte de magia estos dos lagos artificiales.

La zona está perfectamente adaptada a los visitantes. Existe un sendero señalizado que bordea los embalses y que instruye sobre la fauna y la flora del lugar, hay zona para picnic, fogones, mobiliario y un paisaje que embelesa desde el primer ojo que se le echa.

Unos quesos de oveja latxa como un idiazabal y un vinillo para acompañarlo completan la magia que ofrece este lugar. ¿Qué vino? Pues el tinto de Bodegas Valcarlos, tempranillo en estado puro. Maravilloso plan!


Cuatro sitios de Picnic en Navarra, Foz de Burgui y abetal Basari

3.- FOZ DE BURGUI

En la muga entre Navarra y Aragón está esta garganta natural repleta de robles, carrascas y sauces. Un punto ideal del valle del Roncal para detenerse y disfrutar de un almuerzo en plena naturaleza.

Aquí vive la mayor colonia de buitres de Europa y el paisaje recortado ofrece unas vistas impresionantes. El paseo desde la localidad de Burgui hasta la garganta son apenas 3 kilómetros, se recorren puentes medievales, la orilla del Esca y se puede ver la pequeña presa donde, hace tiempo, descendían los Almadieros navarros sobre sus peculiares troncos para trasportar la madera hasta los valles.

Aquí se encuentra el abetal de Basari, el sitio ideal para repostar y coger energías. Unos bocadillos de chistorra y un rico queso del Roncal con un tinto de postre, son una más que buena opción para degustar en esta bello abetal. Las botellas de Rosado se acaban con facilidad. Por algo será!


Cuatro sitios de Picnic en Navarra, Nacedero río Urederra

4.- NACEDERO DE UREDERRA

Paraíso natural donde los haya. Las aguas turquesa de esta salida natural del acuífero de Urbasa, son un espectáculo casi irreal y tremendamente bello. Este manantial del que nace el río Urederra es un rincón de cuento de hadas. Las horas se pasan sin darse cuenta simplemente contemplando este prodigio de la naturaleza.

Para llegar hasta él hay que reservar, ya que solo se permite la visita de 450 personas al día, y en verano está bastante transitado. Para los amantes del senderismo hay un camino de unas dos horas que recorre el curso del río y los bosques de hayas y avellanos que lo rodean.

Sin duda un paraje espectacular para disfrutar de esa costumbre tan noble de justificarse con la caminata de una buena merienda. Que no falte el vino.