Chinchón siempre apetece

//Chinchón siempre apetece

Chinchón siempre apetece

La escapada perfecta.

Chinchón siempre apetece. A escasa media hora de Madrid es un destino que respira patrimonio, gastronomía y buen ambiente por sus cuatro costados. Los “claros”, 234 balcones que se asoman a su Plaza Mayor siempre están gustosos de recibir a aquel que quiera disfrutar de su historia, que es mucha y muy variada.

Ya de la Prehistoria podemos ver los vestigios de la Cueva de la Mora, en el Cerro del Salitral encontramos restos de una ciudad íbera con su necrópolis y todo… por aquí pasaron romanos, musulmanes, fue reconquistada para el Concejo de Segovia por Fernando I El Magno y así, siglo tras siglo fue formando parte de distintos condados hasta que en 1833 pasa a pertenecer a Madrid y se funda la villa denominada Sociedad de Cosecheros.

Chinchón siempre apetece

Desde entonces el vino, los vinagres y los licores de Chinchón han hecho las delicias de monarcas, súbditos y visitantes hasta nuestros días.

Chinchón hay que pasearlo primero. Apreciar su Plaza Mayor, con sus soportales llenos de pequeños comercios locales; el Monasterio de las Clarisas, donde descansan los restos de los Condes de Chinchón; el Castillo de los Condes, la torre del Reloj.

El paseo abre el apetito, y de entre toda la oferta que hay, La Villa, en la entrada a la Plaza Mayor y El Café de la Iberia, en la misma plaza, son dos apuestas seguras para salir de allí satisfechos y habiendo disfrutado de dos de los rincones con más sabor de Chinchón.


Chinchón siempre apetece, Restaurante La Villa

Chinchón siempre apetece, Restaurante La VillaLa Villa lleva 70 años ofreciendo su carta a los visitantes. Tiene una balconada y tres comedores que dan a la Plaza Mayor. Es recomendable, antes de darlo todo con la carta que nos ofrecen, probar alguna de sus tapas, que acompañan con facilidad con vinos de Bodegas Portia. Tapas premiadas en muchas ocasiones en los distintos concursos, rutas de la cuchara y demás certámenes de estos pequeños bocados que tan felices nos hacen acompañados de un buen vino.

El ajo blanco con nido de huevos de codorniz, habas y cebolla caramelizada es uno de nuestros favoritos, tomen nota! En la carta encontramos escabeches, asados, caza, leche frita…. Todo como tiene que ser y, por favor, no salgan de aquí sin probar las gambas a la gabardina, son de otro mundo. Celebrities de hoy y de antes han pasado por este comedor que se actualiza con el paso del tiempo.


Chinchón siempre apetece, El Café de la Iberia

Chinchón siempre apetece, El Café de la IberiaEl Café de la Iberia es pura comida castellana en un caserón del siglo XVIII. Los ajetes de entrada, las verduras de la huerta madrileña, los guisos castellanos, pescados, carnes, olor a leña de encina y un entorno que invita a la evocación.

Sus paredes bien podrían hablar y contarnos historias de los arrieros que aquí paraban cuando venían a comprar el vino y el aguardiente de la villa, de los toreros que aquí se calzaban su traje de luces antes de salir a torear. Las referencias a productos de bodegas Faustino son obligadas en su carta de vinos.

El Café de la Iberia es uno de esos lugares con solera en los que es fácil imaginar a un Orson Wells tomando un sol y sombra mientras rodaba “Por quien doblan las Campanas”, a Hemingway de tertulia con los toreros, o a Ava Gardner huyendo de sus demonios en un rincón que la dejaba ser y comportarse como el animal libre que era.